-
Buenos días, muchachos. ¿Sabéis qué día es hoy?
Al
instante, un bosque de manos se levantará al cielo, apuntando con el dedo
índice hacia las estrellas fluorescentes que decoran el techo del aula.
- Sí,
sí. Hoy es Sant Jordi –gritan veinte
vocecillas al unísono.
- Excelente,
muchachos. Veo que habéis hecho bien los deberes –dirá un profesor rollizo,
aunque joven, recién horneado en la más pulcra y refinada institución
universitaria del régimen -. Después del patio prepararemos una rosa hecha con
papel de seda para que podáis regalársela a vuestros padres, pero ahora vamos a
hablar un poco de Sant Jordi. Veamos,
¿alguno conoce su historia?
Los
niños, de apenas doce años, se mirarán los unos a los otros. ¿Qué dice? ¿La historia? ¿Hay alguna
historia? En la TV ya no se narran cuentos antiguos ni fábulas
tradicionales como se hacía antaño. Ahora todo son mangas japoneses y dibujos
digitales de andar por casa. La Cenicienta, la Bella Durmiente, los Tres
Cerditos… eso es cosa del pasado, prehistórico… de cuando Disney era corneta.
Reminiscencias de un pasado superadas gracias a las prohibiciones decretadas
por un ministerio que veía sexismo en toda tradición popular.
Sólo
uno, introvertido, parecerá levantar la mano.
-
Veamos, Macario… ¿qué conoces del caballero Jordi?
-
Bueno… yo… mi padre me contó que San Jorge mató a un dragón…
Mirada
inquisidora. Sant Jordi, chico, Sant Jordi, enfatizará el profesor ducho
en la gramática de Pompeu Fabra, recordando instantáneamente las advertencias
que un sesudo catedrático de filología le indico acerca de “los vicios castellanoparlantes adquiridos”.
Ahora se encuentra ante uno de esos elementos corruptores, y ese mal hay que
atajarlo de raíz.
- Matar
al dragón, dice… No hagáis caso, chicos, que Macario hoy no se encuentra bien…
A ver, ¿de dónde es tu padre?
Acobardado
por la reacción del profesor y las risas que sus gestos de menosprecio provocan
en sus compañeros de clase, Macario tan sólo atinará a balbucear… “de Fraga,
en Huesca”… a lo que el profesor, cruel, responderá con una pregunta
ignominiosa… ¿Cómo? ¿De “Braga”? ¿Has dicho “braga”, Macario?... con la
que volatilizará cualquier resistencia psicológica del infante, quedando este a
los pies de los caballos, o sea, a la altura de las collejas de los compañeros
de pupitre.
-
Tonto, tonto, tonto –exclamarán a gritos los compañeros de estudios, en una
perfecta coreografía digna del más minucioso de los planificadores de
pedagogía gubernamental -. Macario es
tonto, y cree en dragones. Tonto, tonto, tonto…
Y así,
el profesor, henchido su orgullo ante el seguidismo de los alumnos,
perfectamente instruidos en esto de la humillación y escarnio del diferente,
sonreirá con esa mueca maliciosa unos segundos antes de, tras un gesto leve con
los dedos de la mano que silencia la sala en la que se representa la tragedia… Muchachos,
dejad de reíros del pobre Macario. Sus padres, bajados de la montaña, no
gozaron nunca de nuestras oportunidades, tengamos piedad de ello… obsequiar a la parroquia con la verdadera
historia de Sant Jordi… el héroe… el
patrón…
- Escuchad
atentamente, chicos… atended… Hace mucho, mucho tiempo, cuando los hombres no
tenían teléfono móvil y TV3 era una utopía, existía un pequeño pueblo en el
Pirineo gerundense que estaba atemorizado por un Príncipe muy malo, muy malo…
de esos que, cada tres meses, vienen a llevarse las cosechas de los campesinos
condenándolos a la miseria y a la hambruna… Hambruna es morirse de hambre,
Didac… Pero eso no es todo, no… También se llevaba a las niñas cuando estas
empezaban a tener sonrojadas las mejillas, y después de darles muchos besos, se
las comía con patatas, estofadas en un guiso.
Los
niños de la clase se arremolinarán los unos contra los otros, aterrorizados.
Las chicas, cuyos dientes castañetean, se abrocharán hasta el último botón de
sus batas. El profesor aventajado en temas de corrección política nacionalista
comprobará, en los ojos de los chiquillos, que el efecto buscado se está
produciendo.
- … Poco
a poco el pueblo, que antaño había sido la envidia de Europa… con su Imperio en
el que nunca se ponía el Sol y su largo elenco de “hijos predilectos”, los cuales dominaban hasta las más desconocidas
artes, fueran estas científicas, culturales, químicas, astronáuticas… fue
empobreciéndose y empobreciéndose a causa del daño causado por el Príncipe. Un
día, cuando los últimos hijos de la aldea estaban a punto de morir de hambre,
se reunieron en un huerto de naranjos y, rebuscando en los bolsillos y en los
refajos, juntaron unas pocas monedas de latón con las que pusieron un anuncio
en el panfleto oficial de las Naciones Unidas pidiendo amparo… ¿Las Naciones
Unidas? Bua, paparruchas. Eso no tiene importancia, Lluc. Lo relevante es que
los aldeanos “internacionalizaron” el
conflicto. Todo lo demás sobra…. Veamos, ¿por dónde iba?
- ¡Por
la respuesta del pueblo libre ante los ataques del diabólico Príncipe! –contestarán
los infantes de primera fila, los más lobotomizados a esas alturas del relato.
-
¡Claro, claro! La “internacionalización”…
Pues bien, gracias a esa arenga convenientemente sufragada, apareció por el
horizonte pirenaico el nunca suficientemente loado caballero Sant Jordi… ateo, por supuesto... que no
os confunda eso de “Sant”, prefijo
con el que nuestro héroe se presentaba porque, según decía, le daba “un halo sobrenatural”… y es cierto, pues
su apellido, “Pujol”… no sé… rasca un
poco, ¿no creéis?
- Yo
también soy un Pujol, profesor.
- Y yo.
Otra
vez siete u ocho niños levantarán sus brazos al cielo indicando, esta vez, la
coincidencia en el apellido familiar.
- Claro
que sí, chicos. Todos Pujol… o Graset… o Badia, Dencàs, Rovira… -enumerará el
profesor al tiempo que, de soslayo, lanza una nueva mirada inquisidora a
Macario, de apellido Ruiz -. Es normal que tengáis esos apellidos, pues con
ellos se loa la inmensa figura de nuestro caballero catalán, de tan espléndida
figura y obra… No como otros, de “triste
figura”.
-
¿Triste figura?
- Olvidaos
de eso… Lagarto, lagarto… No perdáis el tiempo en miserias y míseros. A ver,
sigamos… aunque a partir de la llegada de Sant Jordi, la cosa no está muy
clara. Unos dicen que luchó contra el Príncipe y lo derrotó en singular
combate, otros dicen que pactó con él una salida dialogada al conflicto, otros
que fue una decisión “unilateral”…
Pero bueno, como tantas y tantas cosas en la Historia de nuestra Nación, eso es
lo de menos. La importancia es relativa, y la constatación de los hechos, una
pérdida de tiempo y dinero… dinero que, por otra parte, es mejor utilizar en
estos bonitos trípticos que la Conselleria
de Educació ha elaborado para vosotros… veis… coged uno y pasad el resto
para atrás… pasadlos, pasadlos… ¡Qué bonitos, eh! Con sus dibujitos, sus
banderas, las canciones…
- ¿Aquí
se explica la historia de Sant Jordi,
profesor?
- Sí,
Pol. Ahí está toda… bueno, más o menos… lo que os he explicado, así por encima…
y el final, en las últimas páginas, donde veréis cómo la aldea, una vez
liberada del maléfico influjo del Príncipe Usurpador, consiguió recuperar su
prestigio de antaño, venciendo al cáncer, construyendo unas espléndidas
autopistas para carros libres de peajes, reduciendo las muertes por accidentes
laborales y obsequiando, a sus fieles súbditos, con pensiones de 2.500 monedas
de plata a la semana.
- ¡Viva
Sant Jordi!
Y el
grito, en la clase, será unánime.
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NOTA. Esta
escena, común en un día como este en la mayoría de las aulas catalanas que,
cabe recordar, no hacen fiesta porque, inconscientemente, todavía no se ha
impregnado en la ciudadanía la distorsión histórica que evite relacionarlo con
la Corona de Aragón, contrariamente con lo que sucede con la Diada del 11 de
Setiembre, perfectamente manipulada y “revisada”, se producirá en estricto,
modernizado y normalizado idioma catalán.
4 comentarios:
JUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJJAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAAAAAAA
¡Desternillante Y Sorprendente VOLTA AL CUENTO, Querido HEREP!
¡Y Yo Que Creía Que San JORGE, ERA UN "REFERENTE CULTURAL" DE LA "ETERNA LUCHA DEL BIEN CONTRA EL MAL"!
¡SI El HÉROE QUE LUCHA SÓLO CONTRA EL DRAGÓN, LO VENCE Y RESCATA A LA DONCELLA ENCERRADA EN UNA TORRE, HUBIERA OIDO SU HISTORIA, EN LABIOS DE SEMEJANTE CENUTRIO APESEBRADO, SEGURO QUE LO HUBIESE ARRASTRADO POR EL AULA A PATADAS!
Y Es Que Las TRADICIONES SON LAS PRIMERAS A LAS QUE LOS VIVIDORES Y TRAIDORES DAN "LA VUELTA" EN PROPIO BENEFICIO...
¡MENOS MAL QUE EL DRAGÓN, QUE NO ES OTRO QUE EL SIMPÁTICO ASMODEO, AUNQUE VENCIDO, NO MURIÓ,-PORQUE UN DEMONIO NO PUEDE MORIR- Y SE ESCONDIÓ EN LA MASÍA DE UN TAL PUJOL ¡MAS MALO QUE EL CAVA AGRIO DE GARRAFÓN QUE EMBOTELLABA! Y DESDE ALLÍ SIGUIÓ HACIENDO EL MAL...
SAN JORGE, SE DIÓ UN PERIPLO POR LOS REYNOS VECINOS DE ARAGÓN, CASTILLA Y LEÓN Y TRAS QUEDARSE UNA TEMPORADA, SE DIÓ UNA VUELTA TURÍTICA POR INGLATERRA Y EN TODOS LOS SITIOS LO "NOMBRARON SANTO Y PATRÓN"...
EL FINAL, TE LO DEJO A LIBRE ELECCIÓN...
Un Abrazo GENIO.
Un Feliz DIA DEL LIBRO,LA ROSA Y LA CAZA DEL DRAGÓN, QUE AHORA ESTÁ EN EL "PALAU DE SANT JAUME", DISFRAZADO DE OTRO PERSONAJE LEGENDARIO "ARTURO DE LOS CAMELOS",
Pero Esa Es Otra Historia Y Merece Ser Contada Aparte...
¡Un Brindis POr SAN JORGE Y SU RETORNO!
(O POR LA HUIDA DEL DRAGÓN ACOMPAÑADO DE TODA LA GENTUZA)
Y
¡¡RIAU RIAU!!
A mi siempre me parecio que Jordi Pujol tenia algo de dragon,lo digo por su enorme cabezon,un abrazo,
La tergiversación de la Historia y las tradiciones populares es el primer paso para el lavado de cerebro que todo buen nacionalismo necesita, querido Old.
Los filibusteros catalanistas no fueron los primeros (por mucho que su "imperio" se remonte a fechas paralelas a la Creación) y mucho me temo que tampoco serán los últimos pues de vividores, amigo, está el mundo lleno.
Esperemos que pronto aparezca un nuevo héroe que le de matarile al dragón "de los camellos" antes de que deje la catalana tierra convertida en un páramo de cenizas y miserias.
Esperemos, Old... esperemos bien agarrados a nuestra barrica de ron.
Un abrazo, y ¡Riau!¡Riau!
Agustín,
Jordi Pujol tiene un poco de todo, que para eso es el "líder".
Ya sabes... "nada escapa al líder", amigo.
Y lo malo, menos.
Un abrazo, neozelandés.
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