Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

27 oct 2011

Ladrones de sueños


Doce voces gritaban enfurecidas, y eran todas iguales. No había duda de la transformación ocurrida en las caras de los cerdos. Los animales asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro.

Rebelión en la granja, George Orwell (1945)



Esta mañana me he despertado ante la biblioteca del Cuartel General… con un café humeante en la mano… contemplando uno de los libros que atesoramos con más estima y con cuyo último párrafo se inician estas letras de hoy.

Rebelión en la granja, de George Orwell.

El símil de la comuna anárquica que muta a régimen comunista… o socialista… o progresista… o simplemente, descafeinado con sacarina… “Otro mundo es posible” también para los cerdos, las cabras, los caballos… los perros… y la fiesta acaba como suelen acabar estas cosas. Mal. Lo hemos visto y lo vemos en muchos rincones del Globo. Los cerdos, casi siempre… a veces son las ratas… toman el Poder en nombre del Pueblo… ente metafísico y de fácil fonética, como comprobareis si observáis su uso exponencial por doquier... aniquilando cualquier oposición. Las Leyes son moldeadas a placer y la Sociedad es igualada… hacia abajo, hacia el subsuelo infernal… todos siervos, pero iguales. Arriba, para dirigir el cotarro y la correcta Evolución del Universo, moran los cerdos… o las ratas.

Cualquiera que hubiera puesto su interés en esas letras, verá difícil el poder olvidarlas. Un enorme libro de apenas unas tardes de lectura donde, a modo de fábula, se profundiza en las relaciones sociales y la política… siempre en vertiente económica… siempre acompañada del fantasma que recorre Europa…

Poderoso caballero es Don Dinero, que dicen… y creen. Porque muchos de esos caminantes que nos cruzamos por la calle creen en el Dios Dinero. El Todopoderoso. Quien mueve los hilos en el Mundo… en claro Materialismo Histórico marxiano.

… junto a la Corrupción que éste acarrea como una sombra.

Porque, soldados, poderoso es Don Dinero, sí. Poderoso para el impuro de corazón… el corrupto con carnet… sí, sí… ése que todos conocemos perfectamente… ese que nos saludó ayer tarde…

De repente, tocado el Poder, el animal muestra su verdadera imagen… su cara real… su cara de cerdo… y todo se acelera y el latrocinio no tiene fin. Y muerto el cerdo, aparece otro… y luego otro… y otro… y la cola se hace interminable… y todo el mundo quiere ser cerdo, dormir en camas de Rey, comer langosta y mirar cómo pasan las nubes. La Corrupción, materialista o metafísica, acaba adueñándose del Ser hasta empequeñecerlo tanto que no se vería ni danzando junto al átomo. El Hombre se transforma en Cerdo. O rata común.

Así es.

Rebelión en la Granja nos habla de todo esto… y más.

Porque, en el fondo, no es más que una crítica a una sociedad derrotada… sin hambre de futuro, sin necesidad de vivir una plena… de risas y lágrimas, pues eso es la Vida. Y no vivir al estilo posmoderno… ése que se nos inculca a través de la TV o las revistas de dilatada tirada. Una vida en busca de un éxito fácil… del reconocimiento del gran público… del aplauso. Una vida de comodidades y adulaciones… una vida regalada en la que la oveja espera, pacientemente, que le den su mendrugo de pan diario... y pasear. Pasear junto a sus compañeras saltando por el cercado… de altas vallas… mientras hacen cabriolas y disfrutan de su libertad ficticia, creyendo que pueden hacer cualquier cosa… lo que se propongan… sin que nadie ni nada pueda levantarles la voz.

Beeeee… beeeee… beee…

La rebelión en la granja es la antesala de la nueva dictadura incipiente. La que moldea los Mandamientos según conveniencia. La que pasa de igualar a todos los animales a igualarlos, pero unos más que otros. La que reserva el solomillo mientras lanza el hueso. La que, ávida de abrir las ventanas en busca de aire fresco, cierra las puertas para no resfriarse con la corriente. La que deja jugar sin salirse de las líneas que antes marcaron… los cerdos… sus líneas.

Para el que destaca ya están los perros. Los afilados colmillos de los perros.

Nuestra granja… nuestra España… está inmersa en su propia revolución, transformada ya en Chirigota Española, s.l…. tierra en la que todos sus ciudadanos son iguales.

Pero unos más que otros.

Nuestros mandamientos ya han sido modificados por los cerdos… o ratas. Cada día, un poquito más. Nuestro Valores van transformándose, siendo hoy normal aquello que ayer era un disparate. La Guerra se torna Paz, la Muerte se escribe como la Vida, el Sexo ha sustituido al Amor… la Noche es el Día… Lo llaman progreso, pero es indiferencia, hastío… Decadencia.

Las ovejas… simples y asustadizas… depositan en las manos de tan cerdos pastores el destino de sus vidas porque, reconozcámoslo, no son amigas de los problemas… de las pruebas que trae la Vida en el zurrón. No, no… esa Vida no. La vuestra, cerdos. Queremos la vuestra. La que nunca acaba. La que siempre garantiza la salida del Sol. La de los prados verdes y las sesiones de trasquile durante la Primavera. La que nos proteja del frío y, si el lobo acecha, nos cobije a buen regazo… aunque una de nosotras deba ser sacrificada.

Esa es la vida que nos describe Orwell en su granja. Una vida vacía, pero rebosante de conformismo. Sin ansia de búsqueda, sin ganas de más, de algo mejor… de reafirmación personal e intransferible.

No. La Rebelión en la granja nos trae derrota y sufrimiento… y totalitarismo. Puro y duro. Sin esperanza… ni miedo… ni nada. Sin sueños.

Porque en la granja de Orwell, están prohibidos los sueños.


¿Vosotros, soldados, albergáis alguno?

14 comentarios:

Unknown dijo...

El sucialismo no admite los sueños porque no considera al hombre cómo individuo sino cómo parte de la masa a controlar con el pensamiento único del líder.

El socialismo es simplemente la larga agonía del hombre que, en la busqueda de la felicidad otorga su libertad para ser dirigido y no tener que pensar ni soñar y en consecuencia sufrir al no lograr lo soñado.

Eso es lo que nos ha pasado los últimos siete años.

Un saludazo.

José Luis Valladares Fernández dijo...

Yo creo que con el último Gobierno nos hemos dado cuenta de que más que personas somos un número y es el líder el que maneja y combina esos números sin contemplaciones.
Creo que hemos tenido un mal sueño y vamos a ver si el 20-N despertamos.

Saludos cordiales

Reinhard dijo...

Está claro que dentro de los animales más iguales destacan aquellos que llevan a sus crías a los colegios más caros.

Saludos

TOPOSTEO dijo...

Yo creo, amigo Herep, que estamos a medio camino entre el 1984 de Orwell y “Un Mundo Feliz” de Adolf Huxley.
http://desdemibahia.blogspot.com/2011/02/23-f-consecuencias.html
Un saludo.

candela dijo...

Orwell era un visionario ¿Como pudo saber él lo de Bono, Camaño y el resto de seres superiores?

Increible ¿No?

Herep dijo...

Muy buena descripción, CS... pero creo que la mentalidad de la masa lleva largo tiempo asimilando la idea suciata.
En estos últimos siete años, la cosa, eso sí, se ha acelerado mucho.

Veremos a ver si se logra frenar la espiral... o tenemos que empezar de cero.

un saludo para ti y feliz puente (si lo tienes, claro) :P

Herep dijo...

Creo, José Luís, que somos menos que un número. Un voto, quizás... y sólo hasta que votemos "on-line"... que entonces, ni eso.

Ya no existe, si no tengo mal entendido, ni el Libro de Familia.

Un saludo.

Herep dijo...

Y los que montan productoras para diseñar videos electorales, Reinhard. No te olvides de esos... que ellos no lo hacen de sus comisiones.

Un saludo.

Herep dijo...

Amigo Toposteo,

Otro libro para enmarcar dentro de la biblioteca, sí señor.
Es curioso como desde hace tiempo han sido muchos los visionarios que han pronosticado un mundo (más o menos) parecido al que tenemos.
¿Visionarios o simples hombres con sentido común y lo ojos bien abiertos?

Un abrazo.

Herep dijo...

Candela, mujer... Bono y sus secuaces no son dignos de entrar en ninguna escala que mida el coeficiente intelectual.
Ellos están por encima de todo esto.

Son los cerdos de la novela.

Un abrazo.

Natalia Pastor dijo...

"Cuando se alzaron sosbre sus patas traseras ya no se podía distinguir al hombre del cerdo y al cerdo del hombre".

Ahí se equivocó Orwell sobre el socialista ibérico pata negra.
Son fácilmente identificables; a su paso dejan un rastro de paro,destrucción,corrupción,miseria y en ocasiones, hasta cadáveres rebozados en cal viva.

Epiro dijo...

"...al día siguiente los cerdos que estaban supervisando el trabajo de la granja, llevaban todos un látigo en la mano"

En este punto de la novela, los animales siguen siendo conformistas con el sistema, pero algunos ya albergan dudas y es algo que no se debe permitir.

Ese es el momento en el que están perdidos, aquí habrá que estar atentos no vaya a ser que lo cojan antes del 20N.

Saludos Herep, ha venido bien recordar un poco de Orwell, para mi, junto con Dos Passos, de los escritores más respetables de la izquierda anglosajona.

Epiro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Old Nick dijo...

Querido Herep, No es Que Esté Prohibidos Los Sueños en Esa Asquerosa Granja... Lo Que Está PROHIBIDO ES VIVIR Y PENSAR Y EXPRESAR LAS COSAS "LIBREMENTE"...
Porque No Olvides al Gran Cerdo Napoleón-STALIN y Como "INTERPRETABA" las Leyes : "TODOS LOS ANIMALES, SON IGUALES"
A lo Que "AñadíÓ":
"PERO HAY ALGUNOS MÁS IGUALES QUE OTROS"...
En lo que Orwell NO FALLABA es en la Elección de "TOTEM"...
¡"CERDOS IGUALES TODOS"!

Un Abrazo, Un Brindis
y
¡¡RIAU RIAU!!