Hemos permanecido durante unos días agazapados en retiro
espiritual forzoso, bajo una piedra angular, ajenos al devenir de los minutos y
los segundos de la decadencia de Occidente, apartados de las fronteras que son
violadas todos los días ya sea por huestes de hombres venidos del frío o por
hordas de periodistas en busca de la emotiva miseria que provoque el
atragantamiento del lumpen occidental allá en sus casas a la hora del
telediario, mientras absorben el lastimoso caldo de alpargata con el que son
alimentados por el Estado podrido que teje y teje la tela de araña que ha de
asfixiar la vieja (y odiada) Europa, antaño firme y orgullosa... hoy mera rémora,
cadáver putrefacto, festín de buitres negros con corbata y mandil.
El retorno ha sido todo lo previsible que imaginamos. Las
fronteras siguen siendo zarandeadas en nombre del buen gusto, el mercenario del
micrófono no deja de culpar al maldito hombre blanco -hacedor de toda Peste
Negra que haya recorrido el Universo universal-, los señoritos de Pedralbes
continúan en con su plan maléfico por instaurar el Antiguo Régimen (también aquí
la rata periodística aspira alzarse hasta el segundo estamento, divina toda
ella, soberbia de moral herética y falsaria)...
... y el Gobierno de Mariano Rajoy Brey, el Iluminado
de La Moncloa, sigue agazapado en su sillón de cuero negro, fumando su puro de
la victoria, que no es más que la defenestración de España y su magna Historia
y legado, esa que prometió defender aquella lejana noche del Noviembre en la
que ganó las elecciones generales ante las TV's que retransmitían su discurso
plagado de mentiras, traiciones y perra náusea de la derechona cobarde y bien
pagá de toda la vida.
- Dame fuego, Soraya. Acércame el coñac, Margallo. Córtame
con los dientes las uñas de los pies, Morenés.
Decía Morfeo que Mátrix es un sistema al que muchos están
tan habituados que pelearán hasta las últimas consecuencias por mantenerlo, y
ese Sistema, esa realidad virtual que durante tantos años ha imperado en
tierras catalanas, ese Oasis en el que jamás ocurría nada... sin corrupción,
sin amedrentamiento totalitario, sin mafia institucional y burocrática... ha
sido transferido al conjunto de la Nación, donde las palabras van por un lado
mientras la Realidad transita por otro totalmente diferente. España no se
rompe, España se recupera, España es el espejo en el que se reflejan todas las
demás naciones de la galaxia, envidiosas... ¡y viva el vino!
Caprichosa, pero, la Realidad... ajena al juego del trilero
monclovita... dentro de siete días asistiremos a un nuevo acto falsario. Los
hijos de Mátrix, absortos en las profundidades del engaño, darán la puntilla al
imperio de los sentidos y se abrazarán a las farolas de la utopía deseosos del
maná que, según sus gurús suizo-andorranos del 3% y la excelencia supina, brota
de las piedras de la catalana tierra al son de las fanfarrias celestiales. Cualquier
verdad ajena al Mátrix separrata será tildada, ipso facto, como mentira,
manchada por la rémora del miedo, la reacción, la inquina,
y de esta guisa los crédulos se sumergirán más y más en el
sueño eterno impostado, la cárcel que aprisiona, mortaja que ha de mantenerlos
conectados a esa máquina infernal que se alimenta de su savia vital desde el
nacimiento hasta el fin de sus días... como fieles esclavos.
Como fieles, y felices, esclavos... fumen, o no, enormes
puros habanos.
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Después, cuando el manto de la mentira caiga y las mieles de
la Ítaca prometida se sequen como defecaciones sobrecalentadas por un Sol que
jamás atendió a naciones inventadas, los malditos seguirán danzando detrás de
la Muerte severa, atormentados, marchando hacia la oscuridad, huyendo del
amanecer, surcados sus rostros por las lágrimas de la deshonra y la culpa.
Ese será el día de nuestra carcajada primera.
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