Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

27 sept 2017

Las cuerdas


Joseph Cooper atraviesa agujeros de gusano en el plasma de la Sala X y ninguno de los doce simios que ocupan los butacones imagina las burradas que se acumulan en el saco de sueños que mece la cuna de la mancha humana universal.
No se ven bañándose en mares de miel, no hay fotos de gatitos en las tumbas, el único piano que suena es el del superviviente de Varsovia.
Sólo se respira polvo... el polvo que cubre la tierra de ficción...
... esa tierra futuro de la que nos habla el peliculón que alquiló cabo Lumière en el videoclub de dos calles allá. Habla de viajes en el tiempo, velocidades absurdas y un racimo de mundos más tupido que barbas de ballena. La metafísica del Tiempo y el Espacio, la larga espera de un hombre que aguarda, una mujer que se muestra paciente a mil años luz. El ayer solventado y el futuro advertido. La mayor golosina para la generación mejor preparada de la Historia, incrédula, soberbia, capaz de destruirlo todo en busca del ideal impostado de un "otro mundo es posible"... otro buen salvaje... otra nasió aquí o allá en la inmensidad.
Desde el butacón, nosotros miramos la caída de Joseph Cooper a través de la hebra de hilos de la física teórica, pero nuestro descenso no se detiene en los planetas imaginarios de la democracia impuesta por la fuerza del populacho excitado, las algaradas al estado de derecho o la sentada fascista a las puertas de la cárcel. La cosa pública dejó de torcernos el gesto, ahora nos sirve de laxante, como el maremágnum de circulares de castellers, asociaciones de míseros padres y madres o esas partituras donde se loa el "libertad, libertad, sin ira libertad" o se venera al fantasma que recorre Europa. No es ese el mundo feliz que aguarda en nuestro frío subsuelo, colchón de nuevas realidades históricas, hermandad de nouvinguts y la reproducción de los derechos de pernada.
Esta soldadesca venida a simio, al dejarse los dientes contra la superficie, rebota una y otra ven en la presente, la real, pero en esta cuerda los golpes de estado son ajusticiados por la Ley, y la Justicia, esa ramera a la que tanto esperan y han esperado crédulos ciudadanos catalanes y vascongados, da inicio a su coreografía de mandobles y pinchazos, que para eso lleva espada, y a buen seguro está afilada.
Pero seguimos cayendo sin asidero a la vista.

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