Lo que en otro tiempo duraba cinco días, empezó a durar una semana y media. La fiesta modesta de una sola tarde se expandió a una semana entera, convertida en una mezcla de juerga sin pausa y acontecimiento oficial. La chirigota nazio-racialista que se había extinguido por aburrimiento o decadencia hacía un siglo, se decidía que en realidad había sido proscrita por el franquismo, y que por lo tanto era obligatorio recuperarla... y adorarla como a un becerro de oro.
Hosanna.
Antonio Muñoz Molina
---
NOTA. Las cursivas son mías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario