Queridos reyes magos,
este año, a pesar de haber sido un excelente muchacho, no
voy a pedir nada para mí. Lo haré para mi hijo... ¿estaré madurando?... sí,
Quimet, el peque. En el dos mil dieciséis todavía era pequeño, pero ¡te harías
cruces si vieras lo listo que es! De todo se da cuenta, mira las fotos con una
fijación, es una esponja y siempre está con sus preguntas, los porqués, las
respuestas indiscretas, terriblemente crueles.
Tiene esa inocencia que cuesta tanto...
Por eso, este año, os pido por él... porque mañana, en la
cabalgata a lomos de los camellos de bajo fondo que os traerán a la plaza del
ayuntamiento, entre los caramelos lanzados a la masa amorfa y las sencillas
carrozas del medio rural repletas de regalos hasta los topes, sepáis impregnar
el ambiente con las brasas de la pasión colectiva.
No se trata de lanzar caramelos envueltos en la bandera que
sobraron de la pasada liada o que los pajes se vistan con la camiseta del día
de la cadena humana, tampoco es eso; ni discursos del tipo que hace de filósofo
en la serie de TV3, ni corales entonando el himno en bucle zigzagueando entre
las patas de los cuadrúpedos.
Es algo más sutil... unas banderitas en escala de grises, unas
antorchas en las esquinas, el candor de la llama en una noche de invierno y, pintados
con el pincel de la mágica noche, faroles... mil fanalillos levitan aquí y
allá, Quimet... de recortadas esteladas en los laterales. El dios de la llama,
la negra tiniebla de la noche, esteladas dibujándose sus grietas doradas en la
sombra de las paredes.
La noche pasará, los años correrán, ¡ya os habrán dicho a
qué velocidad!, y se esfumarán las ilusiones de las vísperas. Quimet crecerá,
la magia de reyes se tomará unas vacaciones y durante un tiempo no habrán vasos
de leche o cuerdas o un despertar sin dormir. Quizá se desilusione o se sienta
contrariado con la vida y sus burlas, pero el recuerdo de vuestro regalo
siempre permanecerá en su memoria. Quedará el sentimiento, la zarpa venciendo a
la oscuridad, la luz estelada alzándose victoriosa sobre el sepulcro del
dragón.
Será todo mentira, menos el sentimiento.
Eso os pido.
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