La pareja de notarios que ha venido a certificar el hecho
acaba de salir por la puerta. Eran un hombre y una mujer, correctos y educados,
vestidos de domingo eterno, carpeta, tableta digital para mejorar la gestión,
corbata él, tacón ella. Han comprobado que las habladurías eran ciertas y, con
un pequeño diploma a expensas de recibir el original enviado desde la sede de
calle Recoletos número 10, han puesto pies en polvorosa rumbo al vermú de los días
festivos.
Nosotros seguimos aquí, perplejos en esta mañana de tormenta
intensa, con nuestro papelito firmado por el contubernio de turno en el que se
dice, oficialmente, que el de la Sala X fue el primer pantallón imagen
Ultra4KHD que voló.
Voló, sí... voló. Ventana abajo, tropecientos pisos de planeo
sin motor hasta despatarrarse en plena calle, a escasos centímetros del pitufo
reponedor de multas de la zona azul. ¡PLAFFFF!, se escuchó alrededor de la
medianoche. Tras las escenas de pánico desatadas entre unos paseantes nocturnos
que, de primeras, creyeron haberse topado con un díscolo viejo obús perdido de
la Guerra Civil, las autoridades públicas desplazadas al lugar del suceso dieron
cuenta del aparato estrellado procediendo al levantamiento del cadáver. Después,
dos llamadas: la primera a la radio local para que emitieran un mensaje que
tranquilizara a la masa histérica; la segunda, al organismo de lo público
encargado de poner negro sobre blanco las excepcionalidades de la intrahistoria
de España.
Esos paniaguados son los que nos visitaron esta mañana, a
primera hora. No quisieron saber nada de la víctima; su interés no excedía del vuelo
del extraplano de trescientas pulgadas full-equip....
... y me ha jodido su cerrazón, si os he de ser sincero. Tenía
una de esas historias dignas de ser explicadas, una parrafada bien
estructurada, ni muy extensa ni excesivamente ridícula, perfilada después de
una noche completa de reflexión entre sábanas -vuelta para acá, doble giro con
tirabuzón hacia allá-, pero la pareja de funcionarios no ha querido escuchar ni
una palabra, los joputas del erario público. Tenían prisa, reflejaban sus
rostros; tenían hambre de papas fritas y mejillones en escabeche e Izaguirre
blanco con doble de hielo y rodaja de naranja.
Desilusionado me hallo, Monos. Yo que pensé que mi historia
valdría para una sesuda novela filosófica de treinta y tres páginas, una serie
costumbrista de las que traen el subtítulo de "cultura europea" o una
película de un mamporrero bizco, manco o afeminado... cualquiera daría el pego...
el que mejores trajes de saliva le sepa hacer al dador de la tesorería
ministerial... no importa...
Habría sido un éxito entre los raritos de la misantropía,
ese público escaso pero fiel. Auguro un puñado de ventas originales, sin copia
pirata, carne de videoteca de culto...
... porque no son pocos quienes disfrutarían comprobando cómo,
un sábado noche, presa de la fiebre causada por el blanqueamiento del sepulcro Comunista que se propaga como una plaga a través de los medios de comunicación
de masas del mundo mundial, la mega-pantalla que presidía la Sala X... esa en
la que vemos la náusea que gira y gira en este globo azul que flota en la nada
de la Creación... fue asida con fuerza por los doce Monos para... ¡a la una, a
las dos, a las tres!... ser proyectada al vacío del éter. ¡Buen despegue,
compañeros de viaje! ¡Vuela, corrección política, vuela! ¡Cojan pista, tontos útiles!
¡A tomar por culo, seksots!
Hartos de estajanovistas a sueldo que pasan sus vidas alabando
las bondades de la ideología de la sumisión mientras los pobres esclavos se
ahogan a bordo de balsas hechas con los chasis de los viejos coches; asqueado por la defensa de las cartillas de
racionamiento, la milonga de los servicios públicos, la cárcel para la disidencia, el complot para el asesinato del
divergente, el robo continuado con cuentas en Suiza, la
miseria disfrazada de alegría de vivir, el cinismo ante el hambre de la
población, el ocultamiento de los fusilamientos, la persecución de la sabiduría,
el destierro forzado, la fosa común, el muro oceánico antifascista y la hipocresía de democrático centro multi-culti-otro-mundo-es-posible...
Todo
mezclado -pero no agitado- en el velatorio a cuenta de la oficialidad, y la TV voló, pionera en el arte de atravesar los
aires en ruta parabólica.
Habría sido una buena historia, aunque, pensándolo fríamente,
dudo que tuviera interés para la mancha humana que, como un fantasma, recorre
esta ciénaga de (socialismo y) muerte.
1 comentario:
Ese gatito si que es un piloto de primera,saludos.
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