Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

27 ago 2016

Ul-traje


La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.

En un rincón privilegiado del Cuartel General de esta milicia clandestina cuelga, a la vista de propios y extraños, tan loable sentencia expresada por uno de los españoles más ilustres que hayan deambulado por esta tierra nuestra. Don Alonso Quijano era su nombre, caballero de la triste figura, desfacedor de agravios, enderezador de entuertos, el amparo de las doncellas, asombro de los gigantes y  vencedor de batallas.
Las palabras nos hablan de libertad, pero ¿qué es la libertad? ¿De dónde viene?
... y, enfilando el tema que me ha arrancado de la orilla del Mare Nostrum para depositarme en el chiringuito con olor a fritanga y crema hidratante, ¿cuánta libertad posee esa mancha humana que, vestida de pies a cabeza con la prenda de moda en esta temporada estival, chapoteaba a mi vera en la mar salada?
Con el burkini hemos topado, señoras, y como la presa no puede hablar... y menos hacerse entender con ese bozal anudado al alma, será un servidor, Comandante en Jefe, quien hará sonar su voz, una más, en este bosque de colores neutros, casi cenicientos.
Islam es sumisión.
Sumisión es la antítesis de la libertad.
Islam, por lo tanto, no es libertad.
Simple incluso para un niño de teta. Regla de tres, de primero de Ilustración.
Todo lo demás... la vorágine de artículos, tertulias, conferencias, testimonios, vídeos amateur en la Red de redes, petición de firmas, encuestas y aseveraciones filosóficas oradas en las barras de los bares, no son más que una amalgama de los vicios que corroen a la sociedad occidental actual.
En algunos casos, la involución que padecemos es debida a la vergüenza sentida por un bagaje cultural propio del que se huye como de la peste y al que se culpa de toda desgracia habida y por haber. Una fábrica de acomplejados inundando academias y alcobas merced a la ponzoña con la que riegan las conciencias los enemigos de la sociedad libre, amantes del totalitarismo sea este de turbante o de gulag.
En otros ámbitos, es la pusilanimidad de quienes blanden el estandarte de la libertad por encima de las cabezas de los hombres, con su utopía del superhombre liberal, la causa que alimentan la apatía de una mancha humana que cree que los derechos democráticos crecen en los árboles sin necesidad de combatir las plagas que, lenta pero tenazmente, corroen su savia vital.
Nosotros somos libres porque nuestra base como civilización se fundamenta en la realidad judeocristiana y su teoría del libre albedrío. Con el paso de los años, el concepto se ha ido moldeando mediante el estudio, la razón, y la sociedad ilustrada, cuna de éxitos y fracasos... pero esa libertad debe ser defendida día a día aventurando, si fuera menester, la vida en ello, y no pretendiendo dar carta de libertad y derecho democrático a quienes usan los logros de nuestra civilización para doblegarla, postrarla a sus pies y, islamicamente, someterla.

1 comentario:

Lin Fernández dijo...

Buen pasaje del Quijote,para ilustrar este acertado post de hoy.La libertad hoy por desgracia esta en horas bajas,nadie desea defender este gran don,saludos,