Desconexión en tres, dos, un segundo...
... amanecer post-Sónar 2016,
y el temblor de piernas se extiende rápido, asciende, pasó a las caderas, el diafragma acelerado y la sonrisa desquiciada en una cabeza que contempla el firmamento de la noche, buscando una luna que, años después, sigue sin ser encontrada.
Perdido en un mar de gente vulgarmente repetitiva, comunal y comunera, me siento divergente, descafeinado como un expreso en la era del capuchino con sacarina, asexuado y neutro de común denominador.
Para la mejor generación que parió España, ducha en transformación social a ritmo de Gramsci y ensoñación posibilista, mi caso es clara muestra de lo que debe ser reeducado por el bien de la humanidad del porvenir.
Hay legión de pedabobos, doctores, jueces, policías y políticos politólogos preparados para ello.
Son camellos, y trafican con drogas ideológicas muy duras.
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Nuevo Orden en la Sala X. El futuro pinta negro oscuro.
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