Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

6 abr 2016

Alien



Confieso que desde el mismo instante en el que he leído el vómito de una de las gurús de cabecera de la merma progresista de este país, una extraña sensación se ha apoderado de todo mi cuerpo -un escalofrío electrizante, un redoble de tambor en los intestinos gaseosos-, y es que Marujita Torres, columnista de ese panfleto que se imprime en amplios salones de columnas salomónicas donde los obreros visten máscaras de machos cabrios, ha soltado, por esa boquita de intelectual de pitiminí que enmarca una dentadura blanqueada a base de cigarrillo negrata, poesía al alcance de muy pocas plumas nacionales e internacionales.
El pobre académico Félix de Azúa, quien hace unos días sobrevaloró la sapiencia de la alcaldesa de Barcelona al equipararla con la de las graciosas pescaderas que obran en la lonja municipal -nosotros, Monos, no la contrataríamos ni de estibadora, subiendo y bajando pieles-, ha sido blanco de la chabacanería de la musa del orinal. Rauda como lengua de serpiente, la becaria ensayista ha salido en defensa de la sacamantecas oficial del reino catalán, quizá debido a la afición a la micción a discreción que comparten las doñas del futuro democrático, ya sea en la rúe o durante la ducha mañanera, y como la cosa va de vello sospechosamente ondulado, vejigas poderosas al amanecer y vaginas descolgadas de pavo real, la prosista de El País, grado 33 en la escala de la inmundicia tan en alza en estos tiempos comandados por la generación mejor preparada de la Historia de España, ha acabado acusando al académico H de la RAE de no haberse comido un "buen coño" en toda su puñetera vida de misógino fascineroso.
Y ha sonreído satisfecha con su reflexión filosófica regalada a la humanidad,
y ha mostrado sus dientes, bamboleado sus carnes flácidas, mostrado su arrojo de solterona sexuagenaria a la caza de imprudentes jovencitos perdidos en la barra de un bar de carretera... ¿quieres coño, guapetón?¿no verás uno igual, ricura? rico, rico, rico...
y he sentido el tembleque recorriendo mi cuerpo... aquí está, de nuevo el escalofrío, el castañeteo de dientes provocado por la sensación insana, indescriptible, mitad pavor mitad repulsa, de imaginar esos labios doblemente mayores y esa cueva de naftalina emanando pegajosos néctares de eterna juventud desde las oscuras profundidades que se esconden entre tan fofas piernas...
... y los terrores nocturnos, enquistados desde la más tierna infancia, han de horadar la serenidad de mis noches dibujando monstruos alienígenas de sangre ácida, bocas repletas de dientes, y muchas babas.
Hectolitros de babas.

2 comentarios:

Tellagorri dijo...

Muy bueno lo de "LA MUSA DEL ORINAL" y lo de " la afición a la micción a discreción que comparten las doñas del futuro democrático ", respecto a la Torres y sus compas.

Herep dijo...

Gracias, don Javier... pero más que bueno, es penoso.
Un saludo.