... sueña con ser de una especie avanzada...
Otro año queda atrás, uno nuevo se va abriendo camino a
medida que se oscurece la tarde, y aquel anhelo añejo, el canto impetuoso que
se alzaba en pro de una respuesta a la infinidad de preguntas y contradicciones
que riegan este pequeño planeta azul perdido en la inmensidad de las cuerdas cuánticas,
la búsqueda de la sabiduría que debía convertir en príncipe a la rana... todo va quedando en muy poquita cosa, mera satisfacción personal, silente, aliño para la ensalada
de una vida privada, individual e indivisible, siempre de puertas para adentro.
La X de la ecuación, famosa a lo largo de estos años de
lucha clandestina en el bando de los perdedores, va despejándose como la bruma
de la mañana, y el resultado que empieza a dejarse entrever en esta pupila
oscura no es nada halagüeño, si llegó a serlo en alguna ocasión, si no fue más
que un arrebato revolucionario, un sueño de los que sueño son en este gran Teatro que ha
resultado ser la vida mortal a este lado del charco, toda repleta de luces de colores, risas y grandes momentos asesinados a golpe de fotografía publicitaria.
Pura filfa.
... me vuelven a desequilibrar fuerzas que se han vuelto a
desatar...
Resulta, el resultado, próximo a la locura de los que eligen el manicomio como lugar de residencia. Incomprensibles elucubraciones, mermadas reflexiones de líderes con pies de barro, un borrón en el intelecto general
que todo lo acapara con la fuerza de un ciclón, y las mentes claras se tornan
meras comparsas de la corrección política del momento, pura moda de pasarela anoréxica en la que se mide la sapiencia según el grado de castración empírica de los miembros que en ella desfilan, cuerpos de mente atrofiada, fáciles de domesticar como ratones frente al televisor, palomitas saladas, litro y medio de refresco, larga sesión continua de chistes sacados de un mismo repertorio y cuarto y mitad de sexo fácil, a cincuenta euros el revolcón.
Los allegados... que la vida da pocos amigos... bailan al
son de todo tipo de música improvisada, aterrorizados ante la idea de tener
afianzados, en el suelo de la originalidad, los pies; el trabajo es una atmósfera resignada que
alguien convirtió en presidio merced al discurso de la materia; el libre albedrío
ha perdido su razón de ser, acallado por aquel interrogante lanzado por la
momia inmortal embalsamada en su plaza roja... ¿libertad, para qué?... y, por
doquier, los minutos transcurren mecidos por la más abominable falsedad
disfrazada de modernismo de progreso, inconmensurable reino de la mentira, todo
un gran juego de niños que se apellidan Twain y se dejan arrastrar por la mansa
corriente del río Huckleberry.
Salir del redil pautado, regresar a la charca donde croabas como un batracios,
saltar de la balsa de la mentira al agua a contracorriente, es contar años entre susurros, apestado para
la gran mancha humana que separa el agua del aceite, la verdad de la mentira, el fascio de la democracia.
Es volver, por el propio pie, a la habitación acolchada del
frenopático.
... quisiera bajar un escalón en la escala de la evolución...
Porque al servidor que por estos lares escribe, el manso río
por el que transcurre la realidad virtual que se palpa en el ambiente le provoca
urticaria, infección, veneno filtrándose a través de todos y cada uno de los
poros de la piel, infinito escozor, y el gran lago azul en el que desembocan
los tiempos de vanguardia que trajeron los cascotes del caído Muro de Berlín, ese reino de los posibles que
predican los gurús más preparados de la Historia de este bendito país nuestro,
estación un Mundo mejor, próxima estación esperanza, no está hecho para mí...
... ni pensado, que los Monos no somos bien
recibidos en el edén de la servidumbre,
Sumamos un año más, la X de la ecuación vital va perfilándose en la niebla de la incógnita, el
descenso en la escala evolutiva de este Mundo Raro, un hecho... un deseo inquebrantable... una
realidad libertadora más próxima con cada paso.
O salto.
O salto.
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La historia del batracio, cantada en la Sala X.
La rana quiso ser príncipe, pero viendo a la princesa regresó raudo a la charca.
1 comentario:
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