La masacre de los inocentes, de Dionigi Bussola |
La Gran Ramera ha vuelto a cantar con su voz de sirena.
La camada de ratas que campea por los salones de elevados techos y salomónicas columnas sitos en la babilonia neoyorkina dictamina que el aborto es un derecho humano, y que tengan cuidado quienes osen contrariar su santa palabra, verbo de naciones que churrascan infieles, prostituyen poblaciones a la orden del líder, reeducan a la disidencia en cárceles siberianas o hacen fortuna pagando petróleo con alimentos.
La Gran Ramera tiene derecho de veto... también sobre la vida, infelices.
¡Seréis ilusos!
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Nunca, ni siquiera ante un ruego, administraré algún veneno letal como tampoco daré tal consejo; y nunca daré a mujer alguna supositorio para que aborte. Hipócrates
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Terrence Malick, en la Sala X, dando lecciones de vida.
4 comentarios:
Y dicen que la Gran Ramera es la Libertad. Y que trae la luz... será la de su cubil en el lupanar.
Herodes siempre haciendo caja.Hoy toca a Siria,los crios como monedas de cambio,nada nuevo,saludos,
Kakofi "petróleo por alimentos" Annan está más que liberado, Diógenes, uno de muchos.
De la luz a la que te refieres, nada... escasea en ese antro.
Un saludo.
Un mundo cruel, Agustín.
Nada nuevo, verdad.
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