Cuando tenía trece o catorce años, una noche, de las
primeras que puede escapar del Cuartel General para ir a tomar unas cervezas al
nido de corrupción juvenil de nuestro pueblucho tarraconense a orillas del
Mediterráneo, tuve una experiencia que me marcaría para el resto de la vida.
Un bareto oscuro, tres rubias imponentes, tres chicos
-nosotros-, unas pocas palabras para romper el hielo. Ellas del norte de Europa,
nosotros autóctonos, y cuando la cosa prometía algún beso de adolescente
asustadizo, hace acto de presencia un pelanas... un hideputa con acento
rioplatense, pelo lacio y sonrisa resplandeciente... "Viste, chavón"...
que nos sisa las conquistas en ciernes dejándonos con la miel en los labios.
Cuando las boludas fueron juntitas al WC, el galán del tango
nos confesó con su risa de hiena que él, de argentino, ni el blanco de los ojos:
perellonenc, nois, pero me pego el moco que da gusto, tontainas.
Quedé alucinado.
Probablemente fuera aquel el primer peldaño
en mi descenso por la escalera evolutiva del hombre que habita este Mundo Raro; el primero de muchos... pero la cosa aprendida todavía sigue
marcada a fuego en mi pellejo: jamás os fiéis de un argentino, Monos. Aunque
sea un impostor de la ribera del Delta.
El falsario de la foto que abre la entrada no tiene nada de
tarraconense, es tucumano de pura cepa, venido de la pampa a España allá por el 2001,
dirección Barcelona, donde al amparo de las faldas de la supermodelo de la
Vanity Fair, aka. Ada Hipoteca Colau, ocupa el puesto de primer teniente de
alcalde de la Ciudad Condal.
Chupóptero Pisarello, dice la chapa que engalana su solapa, letras
arcoiris, conocido en el Ejército de los 12 Monos por protagonizar una
trifulca con un edil del PP catalán en el balcón del "hay-untamiento-por-el-cambio"
merced un asunto de banderas, temática muy propia del chamizo catalán que nos trajo
el genio de la raza superior venida del espacio exterior. Siguiendo la tradición
de la lacra humana nacionalista, al profesor universitario.... ¿cuántos
profesores universitarios sobran en España?... le molestó que la rojigualda
hiciera sombra a la estelada de su corazón, bandera hermana de la revolución
cubana de su camarada Fidel, faro en la tiniebla del largo Termidor que nos
priva del proceso-constituyente-democrático-real-YA, coño, que hasta Platón se
equivocaba, el muy fascista de la meritocracia, como bien nos alecciona el psicoanalista del materialismo histórico.
Con el café de la mañana leía el periódico digital cuando
he tropezado con su rostro y su verbo, ahora postulando a favor del cierre de
los CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros), y fijos mis ojos en los de
tamaño hijo de la Bestia, no he podido más que relacionar la avalancha de
refugiados, los saltos de altura de las vallas fronterizas, la pancarta de los
"Refugiados Welcome" colgando de los consistorios municipales, las
agresiones sexuales y verbales, el simpático estribillo del "papeles para
todos"... y el perro aquel que, una noche de un verano de los noventa, nos
escamoteó el beso de unas chavalas del norte de Europa gracias a su tono meloso y las prédicas románticas de primer curso de moja-bragas.
Falsarios, ¡qué suerte tenéis de que los españoles aún crean
en cuentos de hadas!
2 comentarios:
Vaya experiencia erotica las que te saca de la manga.Aunque con la promiscuidad sexual de hoy en dia,ese post tiene mucho viso de realidad,jejeje,un abrazo
La realidad ha acabado por superar toda ficción, Agustín.
Un saludo allende los mares.
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