Será la revelación de estas Navidades allá donde la secta
laica lo permita, por supuesto, el figurón que hoy traemos a la palestra,
acuclillado, encogido, acurrucado con el calzón bajado y el pastel al Sol,
digna representación de un Gobierno que es eso: cremita de entraña, un mojón,
una mierda pinchada en un palo, y a la cabeza del pelotón, destacado en la
escapada que sube el puerto del calvario, don Mariano Rajoy Brei, el Iluminado
de La Moncloa, en plena disputa por el maillot amarillo de la felonía con otro
ilustre mequetrefe, de nombre Felón, Zetapé el Felón.
Auguro unas ventas millonarias.
Nosotros, en el Ejército de los 12 Monos, lo
tendremos en lugar destacado, junto a Judas Iscariote, el de las monedas de oro,
a escasos centímetros de la orilla del profundo río, tentando a la suerte en
forma de resbalón, aunque la inmensa mayoría de los compradores gustarán
ponerlo en lugar más visible, quizá a la vera del camino por el que transitan
los Reyes Magos de Ítaca, buscando la sorpresa del infante que lo señalará y
dará tirones de la chaqueta de su despistado padre, diciéndole: "Mira,
mira, viejo, el caganer con barba", y éste, extrañado, fijará su
mirada en el cagón, y, reconociéndolo, no podrá más que reír:
- ¡Pero si es el imbécil que los ladrones del estado español
tienen por Presidente del Gobierno! ¡Idiotas!
Y de esta guisa, el soplapollas cuyo excelentísimo President
(y compañía) ha estado robando y mintiendo día sí y día también durante cuatro
décadas, podrá explayarse en una inmensa y furibunda carcajada que seguirá
hundiendo en la miseria a todos los sufridos ciudadanos de este país llamado
España, antaño envidiado y temido por todo el Orbe, hoy mera chirigota, una
burla, carcajadas de hiena roja, amarilla, separata o con chapela a lo playmobil.
El caganer Rajoy se agotará en un abrir y cerrar de ojos.
Todos querrán tener uno en su casa o regalarlo a las amistades del casal de la pantufla
y la sardana euskaldún, objeto de escarnio nacional, puta-Espanya-cavernícola-cobarde,
y durante la cena de Nochebuena, cuando el cuñado del RCDE aparezca con la
desesperanza aferrada a la chepa, emboscarle en medio del pasillo al grito de
"Españoles, españoles.... pfffff... pastelón de mierda, so facha.
¡Cagones!"
Antaño, cuando éramos jóvenes, el cuñado que todavía no era
cuñado habría tenido que dejar la langosta a un lado y contentarse sorbiendo la
sopa de galets; así hubiera sido el guantazo, pero ahora, en el s.XXI de la ética,
la democracia asamblearia y el buenismo del flower-power garantista post Muro-de-Berlín, esos
comportamientos no son bien vistos en la ciénaga del diálogo, el talante y la
alianza de civilizaciones. No está en la hoja de ruta. Son rémoras del pasado.
Estigmas. Fantasmas que vienen a atormentarnos incluso durante la noche, que ni
descansar nos deja el maldito complejo, siempre al acecho.
Y mientras el cobardón gobierno de la Nación se esconde bajo
las sábanas de putrefacta seda constitucional rezándole al sacrosanto consejo
de estado y a la virgen del sentido común, el Golpe de Estado que viene
sufriendo España desde tiempos inmemoriales sigue su curso, impertérrito y
jaleado por todos los enemigos de la Nación, que son los de siempre, los mismos, a
izquierda y derecha. Los señoritos de Pedralbes y pasaporte suizo-andorrano, las
plañideras de la manipulación histórica y cultural, los vividores de las
productoras de TV3%, rectores universitarios de Nivel C sin competencia y demás
sanguijuelas de apellido catalán autóctono y racial, volverán a cantar un himno
en el Soviet Supremo mientras un ejército de dinero público con patas se dedica
a delatar al disidente, al españolazo, ilegal en su propia casa, tachado con
los más viles insultos que pueda soportar un hombre...
... las mayores ofensas que pueda sufrir un cuñado...
... contente, Manolo, contente. Déjale que se ría,
Manuel. Sé bueno, sé pactista, dialoga.
Es cuando te embriaga el veneno dulzón que brota del
labio inferior que han perforado tus colmillos, el momento justo en el que, sobre el
pesebre iluminado que descansa junto al jamón cinco jotas que el hideputa de tu
cuñado separrata compró en su villa oriunda de San Benito, Extremadura, ves al
caganer Rajoy observándote agazapado entre dos alcornoques, todo rodeado de
patos, soltando su mojón vital, y algo te hierve por dentro, te abrasa, te
parte el alma en dos cachos... míralo, ahí subyugado, y aún parece que también él
se esté riendo... y te sientes tan enrabiado que, de un puntapié, podrías ponerlo en órbita.
Fuere muñeco, o Presidente de carne y hueso.
2 comentarios:
Realmente hasta la fecha se ha comportado como un perfecto caganer en casi todo.
Veremos ahora que hallegado la hora cumbre de ser hombre y dirigir un país cómo se enfrenta a esos piratas del mediterraneo que dicen llamarse independentistas.
Ni piratas del mediterráneo, ni sátrapas de Oriente Medio. Mariano mira el mundo desde el otro lado del espejo, o del plasma. Triste estante el que le reservará la Historia.
Un abrazo, don Javier.
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