... entonces vi bajar del cielo a un ángel que tenía en la mano la llave del abismo y una gran cadena. Y el Ángel agarró al Monstruo, lo arrojó al abismo y con las llaves cerró la entrada. Y encima de él puso un sello para que no extraviase más a nadie. Después, sentados en el trono, vi a aquellos a los que Dios había pedido que juzgasen a los siervos del Monstruo, a los cómplices del Monstruo. Eran las almas de los decapitados, aquellos jueces, las almas de las personas asesinadas por el Monstruo porque se habían puesto de la parte del Bien. Eran también las almas de los que a los pies del Monstruo nunca habían erigido estatuas, y que por lo tanto no habían tenido jamás la marca sobre la frente y sobre la mano. Y aquellos muertos volvieron a la vida, vivieron por mil años.
Apocalipsis, de Oriana Fallaci.
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¿En serio hay alguien que se sorprenda del mercadeo moral de la izquierda y los muertos?
192, en Madrid, y casi sin forzar la memoria.
2 comentarios:
Hemos tenido la misma idea con la terrible foto del post.Eso si para mi criterio los curpables tienen nombres y apellidos,saludos,
Todos los días mueren niños, mujeres y adultos, Agustín.
Y todos los días, las hienas hacen negocio mendigando con la falsaria moralina de la Bestia.
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