Decía Torqueville que la miseria es menos soportable cuando
no es absoluta...
... ¡y qué razón tenía, el pedazo de facineroso que osó
escribir Democracia en América, ese tocho que todavía no fue reeditado en la
Lubianka de políticas de la Complutense!
Seguro que ahora mismo está retorciéndose su esqueleto de
tanto reír.
Ayer los primos de Jerjes le dijeron al IV Reich que nasti
de plasti, a otro con la inmensidad de su deuda, que no es legítima y que la
van a pagar Rita la Cantaora cuando las ranas bailen flamenco. Dijeron que
ellos están por encima de las leyes de los hombres ya que descienden del Olimpo
de Zeus, capital Platón, barrio de Aristóteles, allí donde se alumbró la democracia
hará varios milenios, la voz del pueblo, que son ellos... y el pueblo ha
hablado lo que debía hablar, ¡viva la democracia griega!, ya os podéis meter
vuestras obligaciones y pagarés por el recto del griego.
Festival en las calles, gente agitando banderas y quemando
trapos, alegría al ritmo de la jembe que bajó Zorba, el rastaman de Miconos, y litros
de sudor de noche juliana recorriendo la entrepierna helena. Bueno, bonito y
barato. No más de 60€, el dinero que dan los cajeros, austeridad del sábado
noche.
Los Años Oscuros están a la vuelta de la esquina. No penséis
ni un segundo que vamos a perder nuestro miliciano tiempo en el lupanar del
Peloponeso. Nuestro frente está en España, a ella nos debemos, y la miseria de la que habla Torqueville sobrevuela la
vieja piel de toro, aunque todavía de ser completa por mucho que los noticieros
del teleprompter abran voceando la escasez de leche de ubre en la dieta del
ciudadano o el odio intrínseco que profesa la viuda que pretende desahuciar a
la familia (hasta cuatro grado) del ilegal moroso. No hay noche sin chiste
sectario ni tertulia con verdad, brotan como hongos los expertos en pronósticos
y es divertido ver cómo cambia el color de la jeta de los presentadores según
llega un teletipo fiel o un rumor alienado... cómo se atraganta, carraspea, se
da un tiempo precioso y, ¡pam, pam!, dispara la noticia con el enfoque
adecuado.
Esto me valdrá otra medalla, piensa el hijo pródigo, y así transcurre la
vida del rebaño español, entre mentiras y verdades disimuladas, truco mágico
que convierte la sumisión en miseria moral, y ésta, ufana, pasa rápido a la
agitación y propaganda, arte exquisito de la nomenclatura que se auto-proclamó "la voz del pueblo". Un nuevo Napoleón, y el rebaño es ahora piara de
cerdos ansiosos por regodearse en el detritus. Todo es miseria: las pensiones,
congeladas; el subsidio, dos años no basta; el subsidio agrario,
innombrable; el caciquismo autonómico, un apéndice del manifiesto comunista; el mercado, ultra-neo-liberal; el Régimen clientelar, básico...
¿qué tal tu cadera artificial, Julia? Uyyyyyy, tardaron, pero al final mi
José,... y, de esta guisa, acaba enquistándose el odio del que se nutre para existir la nausea de
izquierda española, precursora de Katyn, capital Paracuellos, barrio de Ch(u)eká, edén celestial en el que, a imagen y semejanza de la Grecia clásica, también
se alumbró la nueva democracia -esta más popular, no reservada a la sabiduría-
que ha de servir para que el proletariado -ahora, "hombre liberado"- alcance la tierra prometida, remanso de felicidad donde los problemas serán cosa del oscuro pasado, la vida será de color de rosa y todo será de todos, sin posesiones... y a falta de todo, nada será de nadie... o nada será de todos... o de todos será la más absoluta de las nadas que ha de crecer en el Nirvana de John Lennon Superstar, donde ya aguarda el pajarito del
Gorila Rojo, el Master-Ché, don Padrecito de los Pueblos y la versión pampera del dios de Bergoglio, portero
de discoteca.
Lo dicho, Alexis de Torqueville debe estar de borrachera.
Miseria, dicen... ¡ya verán cuando la palpen, qué felices la
soportarán sobre sus hombros!
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Cuanto más democrática se vuelve una democracia, más tiende a ser gobernada por la plebe, degenerando en tiranía. Aristóteles, ese griego.
4 comentarios:
Exquisita especulación sobre los destinos de quienes ponen en la balanza los viejos trucos populistas en contrapeso a las razones geométricas.
Es curioso que volvamos a tener las dos opuestas formas de ver la vida : la procedente de los sofistas griegos y los sucesores kantianos.
Protágoras venía a decir, como ahora el Tsipras, que "nada es bueno o malo, verdadero o falso, de una forma categórica y que cada persona es, por tanto, su propia autoridad última", en contraste con el realismo práctico de kant (La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación) y su representante actual en la tierra Frau Merkel.
Don Javier, me parece que lo que quiso decir Protágoras era algo más complicado. Se refería a que las normas humanas -y la moral- lo son por convención. Otra cosa es que llevara razón.
Un saludo.
Don Javier, ¿usted cree que "Tsiripas" leyó a Protágoras?
(Que leyera a Kant ni me lo planteo)
Don, en pocas palabras: todo es del color del cristal con que se mira. Tsiripas dirá que todo es bueno, Merkel lo contrario, y el auditorio, rendido ante una dialéctica que desconoce, es incapaz de dilucidar dónde queda la verdad última.
Si existe alguien que, entre todo este desaguisado, tenga empeño en encontrarla.
Un saludo.
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