Este domingo de cambio climático antropomórfico mortal de
necesidad nos trae, para ir abriendo boca, un bonito patadón en las posaderas
de los hijos de la Acrópolis, herederos de los Caballeros del Zodiaco y súbditos
de Platón o Aristóteles, grandes entre los grandes.
Grexit, rezan las cabeceras de los periódicos.
Grexit, tartamudean los lectores del teleprompter de las
noticias de las 15:00h.
Grexit, empiezan los chistes de la progrez plañidera, tan
solidaria ella siempre que se habla del dinero de los demás...
... y Grecia se queda fuera del club de las 12 estrellas
sobre fondo azul, azul "Uropa".
Los cinco primeros minutos en la Sala X, tras conocerse la
noticia bien entrada la medianoche, han sido de eufórico descorchar de champán. Los manirrotos griegos, de una vez por todas, van a
dejar de asar vacas con el parné que los españoles, solidarios vía impositiva,
han estado entregando a un inmejorable tanto por ciento de interés
compuesto -¿recuerdas, ZP, felón?-, que ha acabado convirtiéndose en un giro
postal sin acuse de recibo. Aquellas jubilaciones anticipadas a los cuarenta y
pocos, las cinco piscinas declaradas en todo el país, el ejército de
funcionarios del sirtaki, las cuentas manipuladas al estilo de los niños de pecho, los números corridos por lágrimas negras y la soberbia del que se mofa merced a su sobrado ingenio de dar esquinazo a la
palabra dada ante sus iguales, toda la demagogia de la redistribución de la
riqueza, el estado de bienestar y los derechos que crecen en los árboles, Monos, se viene abajo en la tierra del
Peloponeso. Sus gentes lo padecerán, sí, pero que cada cual asuma las
consecuencias de sus actos y, con un pañuelito blanco, seque sus penas.
La corrupción es un mal extremadamente contagioso; allí
donde arraiga, lo pudre todo. Mirémonos en España, atengámonos al cuento y,
aquel de vosotros que gaste barba, póngala en remojo. El
"austericidio" va a llegar, y no será el juego del trilero con el que
el Iluminado de La Moncloa nos ha estado engatusando durante estos últimos
años.
Durante los cinco minutos siguientes, pero, el champán ha
ido calentándose en la botella. Han sido minutos de silencio, más dados a la reflexión...
minutos marcados por la rabia.
Rabia que va creciendo a medida que asimilas la inmensa
contradicción que representa la expulsión de Grecia del club de los 12
estrellados "uropeos", esos que se reúnen en infinidad de parlamentos
con infinidad de poltronas y subsecretarías para, entre cóctel de gambas y
caviar iraní, hacer ver que trabajan por el bien de los ciudadanos de los que se nutren como sanguijuelas.
La cruda realidad, en cambio, es que la burocracia parida por d'Estaign y su caterva
de diablos enmascarados tan sólo se dedican a bailar el vals en los oscuros
salones de sus madrigueras, y son pasos suaves pero firmes, dóciles en
apariencia pero funestos una vez la tonada va cogiendo brío y la danza, mortal,
va aproximándose al clímax que ha de ser la completa sumisión del rebaño
europeo, cuna de la civilización Occidental, a los decretos de esta nueva
intelectualidad que ha de traer el Paraíso a la Tierra previo olvido de las
reminiscencias de un Occidente caduco, que la moda en "Uropa" es lo
Oriental, sus misterios y secretos, su grado treinta y tantos y el campamento
de los santos arreciando en nuestras costas.
El culo de Sócrates no merece más que un buen puntapié.
Grecia fuera, hagan hueco a Turquía.
¡Ay, Oriente... sus modas, sus creencias, su IS segando
cabezas y dando clases de submarinismo gratuitas a los reos, el #JeSuisGillipoyé
de manifestación y los pobres diablos encendiendo velitas mientras se dan la
mano y reclaman "más Uropa", más Uropa de la tolerancia, la paz
del corral, los ejércitos de perroflautas y sus mercenarios del lobby rosa
portando los pasos laicos del amor fraternal de la Alianza de las
Civilizaciones del Universo y más allá!
El fantasma de la rabia ha sacudido nuestro Cuartel General,
debemos reconocerlo.
Grecia queda fuera de la maraña de cuatreros que ha raptado a Europa, este viejo continente cicatrizado sobre mil proezas históricas,
paridora de ideas y aglutinadora de filosofías, de inventos, hija del despertar del Hombre y cuna de lo que
alguna vez fue bueno, siempre entre el período que va de la guerra
"x" a la guerra "y", hábitat natural del polvo hecho vida. Apresada
por el peso de la bota del totalitarismo democrático "uropeo", no
dejas, Europa, de perder los elementos que te han distinguido a lo largo de
los siglos, acobardada y acomplejada, víctima del maltrato psicológico al que te
someten las élites nauseabundas que han tomado las riendas y que, a golpe de
fusta, no dejan de vejarte y humillarte por los pecados de los días pasados,
impidiéndote volver a tus años de esplendor.
Grexit dice adiós a "Uropa". El castillo de naipes
se tambalea. Sensaciones encontradas.
2 comentarios:
La realidad es la que dibujas, Herep : unos uropeos que desde Licurgo jamás han pegado golpe y han vivido a cuenta de sus "metecos" o esclavos buscados en cualquier parte, incluída España, y por el otro lado tenemos a unos representantes de la UE que son un hatajo de hijos de banquero (pior que ser fijodeputa).
Y en medio unos griegos comunistas con ínfulas de haber inventado las chekas y las purgas.
Todo eso va a ser aprovechado por Montorín para subirnos más los impuestos, dado que en otras ocasiones lo ha hecho porque había Luna llena.
Grecia una vez mas dando leccion de como se aplica la democracia,con el Referendum de este Domingo.Aqui mientras tanto esperando a Godot,jejeje,saludos
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