Ahora que, aún acabado el MarsterChoff de TVE, el auge de la
cocina española está de moda y por todos los rincones, entremezclada con
cientos de camareros ramplones y axilas sudorosas, se nos cae la baba contando
estrellas Michelin y saboreando deconstrucciones de agua del grifo al pil-pil,
en el chiringuito de moda durante estos primeros días de verano, en pleno
centro de la playa de Levante, para contrarrestar la ola de calor que sacude
las costas mediterráneas, han preparado una fuente enorme de gazpacho.
Hectotrillones
de gazpacho.
Fresco, fresco gazpacho.
En la Cantina del Cuartel General lo preparan con tomate,
cebolla, pimiento, ajo y un arriba-abajo de batidora, pero para gustos colores,
que de todo hay en la viña del dios de turno.
Aquí, en el Chiringuito AN... de Audiencia
Nacional... sustituyendo al tomate, agarran el ego, y de pimiento nada de
nada... mejor orgullo, que batido con el sustituto de la sal, llámese
sectarismo, consigue que en el caldo abunde el tropezón, cosa casi espesa, con
una textura grumosa que, bajando por el tobogán del gaznate, amenaza hacerse
bola, presa de hormigón, viaje rápido sobre una muerte atragantada.
Incluso en los chiringuitos, Monos, estamos perdiendo las
buenas costumbres. El famoso caldo andaluz, envidia de suecas frescas y
alemanes forrados de marcos, está perdiendo su sustancia con tanta milonga
gastronómica. Los manuales culinarios donde se autopsia nuestro caldo autóctono
están a punto de desbancar, por volumen, al material bibliográfico referente a
nuestra Guerra Civil. ¿No me creen? Echen un vistazo alrededor, ¡atrévanse! Verán,
encabezando las listas de los más vendidos, hectotrillones de libros firmados
por otros tantos personajillos hasta ayer desconocidos... y es que, si llegados
los treinta y cinco años no tienes publicado un libro de cocina, no eres nadie.
El Chiringuito Audiencia Nacional, como comprenderéis,
no iba a ser menos.
¿Leyes?
¿Poder Legislativo?
¿Gazpacho a la vieja usanza?
No nos hagáis reír, pringados. Nosotros somos la "crème
de la crème"... hijos de "le Cordon Bleu" del 68...
alta cocina no apta para viejos paladares anclados en la época anterior al
asesinato de Montesquieu, cuando las togas permanecían lustrosas, sin
manchurrones de fango ni medallas de preciado vil metal.
Dicho y hecho.
En bandeja de plata, estos paladines del buen gusto nos han
obsequiado con su líquido brebaje, versión "Jueces para la Democracia",
en el que podemos observar esa pizca de mala baba en forma de pataleta ante la
derogación de lo que los siete tenedores justicieros pregonan como Justicia Universal
del Universo Infinito, con la que... bueno, iba a decir que pretendían sentar
en el banquillo a los presidentes chinos, a los dictadores hispano-americanos
(de derecha fascistoide), a los militares useños (también fascistoides) y, si
me apuran, a los malditos Reyes Católicos (estos, sin duda, fascistoides... de
yugo y flechas) expulsadores de moros, que no de judíos, que esto ya lo ven
bien, los espadachines del sable jamonero-judicial... pero no, no, que eso es
lo de menos... ellos, con toda esta podredumbre de ingredientes, no querían
hacer justicia, que de eso, en el Chiringuito AN, poco saben, sino que,
más bien, lo que pretendían es salir en la TV, en horario de máxima audiencia,
pavoneándose, ante el inculto pueblo llano, con sus largas melenas
perfectamente cepilladas o esas motos guapas con las que salen a la carrera,
persiguiendo el delito.
Revolucionarios... estos James Dean de la VISA Oro y el
"querido Emilio"... hastiados de no ser ellos la Ley, han
decidido poner de patitas en la calle a un puñado de narcotraficantes de la
misma forma que, ayer, decidieron que los terroristas también son animales iguales,
aunque unos más iguales que otros... pobrecitos, ¡con qué saña los tratan
esas víctimas vengativas!... y, para refrescarse las podridas vísceras después
del calor que provoca tanto aplaudir al prevaricador Garzón, han decidido que
el gazpacho tradicional... ciego y equitativo... es una bazofia en comparación
a esa mezcla nueva que han presentado y aquí descansa, ante mis ojos, calentándose
mientras pienso si lo tiro sobre la arena o lo utilizo para desatrancar el Poli-Klyn de ahí atrás, a rebosar de mierda y náusea.
Aunque, bien pensado, mierda no desemboza mierda.
6 comentarios:
Muy buenas tus frases y párrafos en donde la sustancia del post es pura autenticidad.
"Revolucionarios... estos James Dean de la VISA Oro y el "querido Emilio"... hastiados de no ser ellos la Ley, han decidido poner de patitas en la calle a un puñado de narcotraficantes de la misma forma que, ayer, decidieron que los terroristas también son animales iguales".
Genial lo de "deconstrucciones de agua del grifo al pil-pil".
Saludos, Don Herep
El Salmorejo tampoco esta nada mal.Bromas aparte para Gazpacho el que ha montado el Honorable Jordi Pujol,con sus cartita de perdon.Aqui caben todos los ingredientes,jejeje,saludo Maestro,
El tirón de orejas del Supremo les ha sentado fatal a estos señoritos pijoprogres con puñetas, pero lo que han hecho es de aurora boreal y todo por una pataleta contra la reforma de la Justicia Universal del Gobierno; más les valiera barrer la casa propia de mugre primero en lugar de querer ser las estrellitas de los telediarios por causas que las más de las veces no han lugar y que se tratan en otras instancias más competentes (en todos los sentidos)
¿Tú no le echas al gazpacho pepino? ;)
La cocina moderna da para muchas "deconstrucciones", Don Javier... casi para tantas como nuestra amada "judicatura" para la democracia.
¡Valiente panda de memos!
Un abrazo.
Huyyyy... l'Excel·entíssim... ¡Eso es delicatesen de la buena, Agustín! No sé yo si nosotros, simples mortales, estamos a la altura de esos manjares.
De todas formas, y entrando al envite, me gusta más el salmorejo, sí.
Un abrazo.
Sí que le echo pepino, Maribeluca, pero con tanta ignominia judicial, acabé ofuscándome.
España está saturada de "jueces estrella" de los de larga melena y divorcios sonados. Como sucede en los cestos de fruta, si tenemos la mala suerte de tener una podrida, ya podemos tirar el resto. El efecto contagio también es una lacra entre los togados.
Así nos luce el pelo, amiga.
Un abrazo.
Publicar un comentario