¡Súper seis uno, cayendo. Súper seis uno, cayendo!...
A quien no le suene esta exclamación cinematográfica, decir
que pertenece a una de las obras de Ridley Scott, ese director de cine
americano... sí, sí, americano. ¡Pobre Academia española, ohhh!... conocido por
ser el padre del octavo pasajero. Cuando pasamos la vista por los títulos de la
videoteca del Cuartel General y tropezamos con la "R", jamás avanzamos
más allá de Alien... impidiéndonos, tamaña tara, llegar hasta las Puertas de Tannhäuser... pero el otro día, despistados, el extraterrestre quedó
atrás...
... posándose, el dedo, en la película Black Hawk
derribado. ¿Recordáis? Un helicóptero de los marines cargadito de
militares, unas guerrillas con RPG's... tiros... cohetes... un par de pájaros
cayendo... Súper seis uno, súper seis uno... Total: un helicóptero
derribado y un tumulto de soldados en zona hostil, rodeados por otro tumulto de
etíopes con ganas de coser a machetazos al diabólico "hombre blanco".
Deciros que la vimos el otro día. Fue en la Sala X, tras
obsequiarnos con una buena cena antes de las maniobras "Bikini-Eco2".
Café, copa... y película.
Y un cubata... ¡fiesta grande, va!...
Quizá por eso, ya desde la primera escena, no me cuadrara
muy bien el tempo de la película. La hemos visto muchas veces, pero
había algo extraño. No sé. Los militares y sus trajes oscuros... esos
helicópteros que más bien parecían furgones... la extraña indumentaria de los
rebeldes, tan abrigados con sus bufandas y pasamontañas... unas banderas que me
eran conocidas...
Todo muy raro. Sentados en nuestros butacones, nos mirábamos
los unos a los otros preguntándonos a nosotros mismos, ruborizados por la vergüenza,
dónde había quedado nuestra anterior resistencia al beber, recuerdo de
juventud... anhelo de juventud...
... hasta que, azuzando la vista, descubrí que la película
estaba rodada, en su totalidad, durante la noche. ¡Ah, no! ¡Eso no! Lo
recuerdo perfectamente. ¡La acción sucede durante el día!...como todo en
África. En África siempre es de día. ¿Entonces? ¿Qué estábamos viendo en la
pantalla de tropecientas pulgadas? Nadie entendía nada. Veinte minutos viendo a
un grupúsculo de lo que creímos soldados... resultaron ser policías...
recibiendo estopa de manos de una turba de antisistema... que creíamos bárbaros
del África de los niños soldado.
Pedradas, patadas, palos, petardos... unos silbadores que
iban dejando una estela de chispas igual que dejan humo los proyectiles de los
RPG... más pedradas... más, más, más... y mucho jaleo. Muchos gritos, insultos,
flashes de medio millón de cámaras fotográficas, sirenas de ambulancias y
coches de bomberos perdidos.
Asistíamos a la juerga final de las manifestaciones del 22M,
en Madrid. Un tsunami de marchas partida de diversos puntos de España y que,
ese día, convergían todas en las calles de la Villa. El Mono Vera...
esto sí fue culpa de la bebida
... hizo como que le daba al "play", pero no.
La cinta con la película permaneció estática. Las alucinaciones en la estética
de la película no eran obra del alcohol. Aquello que contemplaron nuestros ojos
no estaba dirigido por la batuta de Ridley. Sucedía. Era real... y la zona
hostil eran las avenidas de la Mogadiscio de Mariano Rajoy, el Iluminado.
Por lo que he ido leyendo desde que tuvieran lugar los
acontecimientos, se ve que los policías también reclamaron ayuda a la base, tal
y como hacen los marines en la película. En este caso, nuestro Servicio de
Inteligencia no ha podido hacerse con copia de las grabaciones, pero podemos
imaginar que vendrían a ser algo así:... "Bajen rápido, bajen rápido.
Subgrupo acorralado"... "90-90.90-90. Nos apedrean"...
En la cinta de Ridley, hasta un general se arremanga la
camisa, metiendo mano en el asunto con la intención de traer a sus chicos a
casa. Ni estrellas, ni galones, ni leches. Quizá existan un millón de normas
que, de resultas de su acción, acarreen la guerra termo-nuclear-bacteriológica
con la otra u otras potencias hostiles... pero el tío lo hace, se la juega,
actúa como un general debe hacer para con sus tropas.
Aquí, en el Reino de España del Gobierno de Mariano Rajoy, el
Iluminado... y su camada de Ministros a la espalda... sí, sí, tú también,
Ministro del Interior, no te escondas más, va... permanecen mudos detrás de la
línea. Estática total al otro lado del teléfono. Mutis, que la niña duerme.
Lógico. Iba, la pobre, a comerse el Mundo, y mírala en qué ha quedado.
De resultas, un puñado de policías a la enfermería con
brechas abiertas, contusiones varias, ansiedad galopante y tres o cuatro bajas
por depresión. Eso el sábado. Hoy, en alguna de las cien universidades
españolas que no están en ninguna lista de "excelencia", los
incidentes han vuelto a sucederse. Jornada de huelga, un puñado de etíopes
agitando machetes, y la facultad cerrada. Luego, cuando llegan los
antidisturbios, el típico "fascistas, fascistas", o el
acojonante "fuera policía de la Universidad".
Tres o cuatro dientes por los suelos, una baja más por
depresión y, al otro lado del cable, ¿qué?.... ¿Adivináis?... Pues eso,
estática.
Supongo que debe estar, la centralita de La Moncloa,
saturada por tanta charlatanería parvularia del Consejo de Sabios del Partido
Popular. No nos conviene crispar, no nos conviene crispar. Aguantad,
aguantad. Y los policías aguantan como aguantó, hace unas semanas, la
Guardia Civil en Ceuta y Melilla. O como aguantaron hace unos meses, en el
episodio Gamonal... o hace un año o dos, cuando los ajetreos del "Rodea
el Congreso" y demás pijadas... o con la Royal, en aguas de la Bahía
de Algeciras...
Dicen que el Gobierno no ordenó una actuación acorde a la
situación porque quería lavar su imagen de duro... sea lo que sea eso de "duro".
Por eso callaron los mandos, dejando abandonados, a su suerte, a los maderos
acorralados por las turbas. Había una misión de observación del Organismo
Papanatas, dirán para intentar escurrir el bulto, cuando todos sabemos que
al PP, hacer uso de la coacción del Estado con propósito de cumplir la Ley, le
produce una colitis aguda, agravada ante la acusación de los "demócratas"
de toda la vida... siempre reconocibles por sus loas a la URSS, El Frente Popular,
la Columna Durruti y las diecisiete banderas secesionistas habidas... y por
haber.
Peligrosa dejación es esta, Monos.
Peligrosa porque si los policías... o los marines que
cayeron en Mogadiscio... supieran del abandono y traición de sus oficiales,
pocos serían quienes desearan formar parte del cuerpo, quedando el Estado de Derecho al arbitrio de cualquier turba armada con
piedras, palos y cámaras de fotos ávidas de protagonizar el enésimo escarnio revolucionario de los hijos del Padre de los Pueblos.
Los quince minutos de gloria en la TV molona están más que asegurados. Para los unos y para los otros. Agredidos o agresores, los cortafuegos van saltando y la Involución democrática avanza a paso ligero. Quienes mueven los hilos allá arriba, en sus urnas de cristal, viendo la jugada de las insulsas tropa de masais idiotizadas con tanta propaganda totalitaria, echan humo de tanto frotarse las manos, imaginándose tres o cuatro décadas más de Poder absoluto.
Los peones... blancos o negros... acostumbran a ser sacrificados.
¿Oigan? ¿Oigan? El súper seis uno ha caído.
6 comentarios:
Como siempre, muy bueno, Herep. Realista y duro como se merece esta situación de cafres y cobardes.
Felicitaciones.
Lo bueno que tiene el haber conseguido la mayoría absoluta es que siempre se puede utilizar para ir en contra de quien te la dio. Menos mal que el único gilipollas que hay en España soy yo porque todavía no me di cuenta.
Un abrazo.
Pura guerrilla urbana de manual comunista, aunque todavía hay quien se resiste a verlo...el populismo facilón que ha encontrado chivos expiatorios desde todas las orillas está causando estragos en la percepción de la población y esa falta de apoyo también influye en la toma de decisiones políticas.
Si algo se hizo mal en el despliegue operativo y debe rodar alguna cabeza que ruede, pero yo a estas alturas de la película tengo muy claro que hágase lo que se haga estará mal...con lo de Gamonal por ejemplo había gente normal y decente que se tragó hasta la bola que la Policía estaba agrediendo a ciudadanos inermes a causa de la propaganda, y el discursito recurrente de "lacasta parriba, lacasta pabajo" y lo autoritaria que se prevé la nueva Ley de Seguridad Ciudadana etc, con la burrada del otro día nada menos que un servidor de las fuerzas del orden recto y cabal me saltó en el Facebook que no podía generalizar así sobre esa gente buena que se manifestaba por cuatro cafres como si sus lemas y sus banderas no destilaran odio e incitación al delito...estamos caminando por el filo de la navaja.
Duros fueron los adoquines que lanzaban contra la policía, Javier... y dura es la cara de quienes todavía hoy salen en defensa de los cafres y cobardes.
Duro panorama, sí señor.
Un abrazo.
Muchos cayeron en el error, Javier, no se mortifique.
Es costumbre, dentro de la derecha española acomplejada, arremeter con más bravura contra quienes comparten ideas comunes, mientras que con los adversarios se mantiene una postura de servidumbre y sumisión.
Mucha chulería con los tuyos, y sobrada cobardía con los enemigos.
Un saludo.
Siguiendo el hilo de lo que comentas, Maribeluca, decirte que mientras sucedían las manifestaciones en Madrid, asistíamos a una cena con amigos. Observando la TV, me preguntaban si no era "legítimo" acudir a las mismas viendo los desastres que estaban sucediéndose en España.
"Yo soy el primero que cree que deben cambiarse muchas cosas", contesté, "pero jamás me manifestaría bajo esas banderas de ahí, pues sé qué representan. Además, ¿dónde están las banderas de España, el enfermo a sanar?"
Pues eso. Todos quieren cambiar el país, pero el cambio que ofrecen algunos a un servidor no le interesa nada.
Un abrazo.
Publicar un comentario