El 17 de Julio de 1936 empezó la Guerra Civil española.
Tras demasiados años de inestabilidad política, un grupo de
generales secundados por un puñado de oficiales y dos puñados de soldados y
marineros, alzaron la voz diciendo basta… basta de miserias… basta de crímenes…
basta de muertos pudriéndose en las calles. Empezó así un período de tres años
que finalizó con la victoria del Bando Nacional… los alzados… los fieles a
España, a su Historia, su legado y su futuro.
Las bocas agradecidas de los historiadores de hoy, ayer y
siempre… descendientes en su mayoría de aquellos que, una vez perdida la
guerra, pusieron tierra de por medio exiliándose no sin antes proceder al
expolio de las riquezas de la Nación… hablan siempre de “golpe de Estado”, sublevación militar contra el Gobierno legítimo
de la II República, fascismo, nazismo y mil tropelías más con las que intentan
justificar lo injustificable.
No voy a repetir las mil respuestas lógicas que todo
interesado por la Historia de España podría contestar ante las mil preguntas
estúpidas de las hordas del Padrecito de los Pueblos de antaño. Ellos, la
progrez, siempre se caracterizaron por no tener ni el más mínimo afecto por
esta Nación nuestra. Sus bocas bien servidas están siempre prestas a alabar la “democracia” y la “libertad” que representaba aquella República del Frente Popular,
conglomerado de partidos que, aquel Febrero de 1936, se autoproclamaron
vencedores en la primera vuelta de unas elecciones de las que jamás se
conocieron los resultados… y cuya segunda vuelta cayó en el olvido.
Los perros de Stalin ya se habían repartido las actas,
encarcelado a los disidentes y, con un golpe perfectamente estudiado y medido,
arrinconado a la mayoría de la oposición, acongojada ante el cáliz que estaba
tomando la situación. El plan, elaborado en las oscuras oficinas de la
Komintern de la Madre Patria, iba viento en popa. Tan sólo era necesario
apretar un poco más las tuercas, tensar dos metros la cuerda de cáñamo… y
arrasar. Era necesario forzar la reacción de aquellos que, tras siglos de honor
y orgullo, no podían permanecer impasibles ante la destrucción de la Patria
para, una vez asomada la cabeza de la madriguera, apresurarse al exterminio.
Como sucediera en Katyn, Polonia, los hijos de la Gran
Bastarda de la Hoz y el Martillo mostraron sus planes en Paracuellos, donde se
inició el exterminio del disidente… el apestado… ese junco que, a pesar del
viento huracanado, no se doblaba ante la barba y la estrella.
La reacción, pero, no salió como ellos esperaban y la Guerra
Civil, algo impensable durante los primeros días, acabó decantándose del bando
de los Hijos de España.
Eso es Historia, Monos.
De aquello han pasado muchos años, sí… pero como decimos en El Ejército de los 12 Monos, 76 años no
son nada. Un suspiro… una vela que se apaga… Nada. Idénticos vientos soplan
esta noche sobre la meseta, Monos. Idénticas amenazas de aquellos que, disfrazados
de falso laicismo anti-cristiano, esperpéntica lucha de clases opresora,
demagogia bañada en vil metal o secesionismo puro y duro… lingüístico o de
plomo… pretenden volver a sumir a España en la negra noche… perdida a su suerte
como siempre pretendieron que estuviera.
Esa cosa infecta,
España… esa anomalía histórica, España… esa bastarda…
Los enemigos vuelven a afilar sus armas, Monos… pero sabedores
de la mediocridad de las mismas, tal y como se demostró durante el primer
asalto de los años treinta, han dejado la primera línea a otras más peligrosas…
arma de destrucción masiva… la demagogia, el engaño, la mentira manipuladora,
falsa, vergonzosa, paralizante…
… y, como antaño, como llevan haciendo desde que se parió la
eternamente mal nacida “Transición”, los
totalitarios revisten tanta bazofia con los ropajes de la “legitimidad”, la “Democracia”
y la “Libertad”. El pueblo dice… el pueblo piensa… el pueblo quiere… Nosotros somos el
pueblo soberano… ¡Democracia! ¡Democracia! ¡Democracia Popular!
A qué viene esta paranoia, os preguntaréis. ¿Qué le pasa hoy
al Comandante en Jefe? ¿Se habrá levantado con el pie izquierdo?
No… ni mucho menos…
Hace unos días, en el debate de A. Merlos, en 13TV, asistí
asombrado a una esperpéntica representación teatral que, cómo no, tenía como
eje principal el Ejército español. ¿Se discutía su presencia en Afganistán?
¿Sus acciones de guerra en las montañas de Bora Bora? ¿Su paupérrimo estado
tras los recortes miserables del mandilero Morenés? ¿La concesión de la
Laureada al Regimiento Alcántara?
Ja… ni mucho menos… Se debatía, como viene siendo habitual,
su papel ante los acontecimientos últimos, despotricando del General Pontijas,
recientemente cesado por una editorial de la revista Ejército… escupiendo sobre
las opiniones del coronel Alamán… justificando y edulcorando las críticas de
los secesionistas catalanes, llorosos al ver cómo los F-18 sobrevolaban su “espacio aéreo” barretinado… riéndose del
recuerdo del General Mena… ensalzando el “prefiero
morir a matar” del antaño Ministro Bono…
En la mesa, ante la mirada del invitado, General en la
Reserva Sr. Monzón, una serie de periodistas del tres al cuarto… como tantos y
tantos en aquellos años treinta… insultaron la memoria de tantos muertos por
España, llegando incluso a espetarle al General que, si Cataluña se
independizaba, “te lo tendrás que comer con patatas”, porque
el Ejército… el Ejercito español… se debe a la Constitución, al Gobierno… a las
deliberaciones del Consejo de Ministros… y punto en boca, maricones.
Con la sabiduría que da el rojerío, pontificaban que cualquier
otra cosa sería “golpismo”... un
ataque a la “Democracia”… y, ante la
mirada atenta del General, una de esas “tontas
útiles” de hoy, mañana y siempre, se levantó de la silla, indispuesta ante
la conversación… “No, no… yo con esto no
puedo. No puedo. Tiemblo. Me da el
tembleque”… mientras otro periodista, perro faldero de la casta
parasitaria, vomitaba sus insensateces legales y legítimas que, en la España del
s. XXI, tan sólo se creen los energúmenos acomplejados como él, fieles vasallos
de las mamandurrias históricas de la izquierda más revolucionaria.
Hoy, como antaño, los enemigos de España vuelven a utilizar
esas palabras tan bonitas, tan sonoras, que a todos tanto agradan pero que, en
el fondo, ninguno entiende. Democracia. Libertad. Estado de Derecho. Artículos
Constitucionales…
Monos, os voy a contar un secreto… bueno, secreto no es… más
bien algo lógico, veréis…
El Ejército español, tal y como refleja nuestra
Constitución, es el garante de la unidad de España. Es su misión principal y
básica. Como reza la Constitución, éste actuará bajo mandato del Gobierno de la
Nación que, a su vez, también está sujeto a la Constitución Española, Ley
máxima de nuestro ordenamiento jurídico, pero en ésta nada se dice de
secesiones, independencias o demás gilipolleces, así que, en caso de ruptura
unilateral, el Gobierno debería hacer uso del Ejército para frenar la amenaza,
¿no?
Aunque… ¿sería necesario el mandato del Gobierno? ¿Sería
necesaria la aprobación de un Gobierno que habría restado de brazos cruzados
durante todo el proceso secesionista? ¿Sería necesaria la bendición de una
panda de ratas cuya legitimidad, marcada por la Constitución Española, saltó
por los aires en el mismo momento en el que se rompieron las reglas del juego
por parte de una de las partes?
¿Tendría legitimidad
el Gobierno cuando la Constitución, pilar sobre el que se erige todo, quedó
relegada a papel mojado?
Como antaño, muchos sabemos la respuesta.
Los Generales, con su silencio, dan muestra de conocerla
también… y los oficiales… y ese puñado de soldados, Monos.
4 comentarios:
Mi querido Hermano, en España seguimos con los ojos tan llenos de pan que los árboles no nos dejan ver el bosque. España está hoy donde la ha llevado todo lo que en su día se rebeló cómo dañino para ella. El autonomísmo, la corruptela política, las izquierdas a sueldo antes de la Komitern y ahora del Capitalismo Salvaje, las derechas acobardadas y acomplejadas...
España se rompe, desde luego, pero no en mi guardia, eso te lo puedo garantizar.
Un saludazo.
España se rompera.En parte por la propia cobardia del mismo pueblo,luego todos estamos poniendo un granito de arena a esta muerte anunciada digo yo,un saludo.
Estupendo post Herep. Las Fuerzas Armadas no pertenecen a los politicuchos y, como pueblo que son, su deber y obligación es defender la unidad de España de amenazas internas y externas.
Si la castaza se convierte en una amenaza y no alzamos la voz para defender a Pontijas, es a nosotros mismos a quien atacamos.
Uno de los mayores problemas que ha tenído España es que nunca ha habido una izquierda nacional, una izquierda que sienta España. La izquierda "española" no cree en España.
La derecha burguesa siempre ha estado acomplejada, ahora y antes, en el 36 se subieron al carro de los nacionales cuando vieron peligrar el pellejo y su estatus, se pasaron toda la República haciendo el vacío, menospreciando y tachando de radicales a carlistas, falangistas, y sectores del ejercito que veían venir la deriva de España.
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