Monos,
Muchos de vosotros, el pasado día 12, fiesta de la
Hispanidad, acudisteis prestos a la llamada de la sociedad civil para mostrar,
mediante una concentración ciudadana, vuestro rechazo a la deriva secesionista emprendida
por el Gobierno de la Generalitat de Cataluña.
Este, desde hace unas semanas, ha emprendido una huída hacia
adelante tatuándose, con hierro al rojo, la cuatribarrada estrellada en el
antebrazo derecho. Repito, brazo derecho. La filigrana del brazo izquierdo,
aunque parecida, poco tiene que ver con la chistera oligárquica de la derecha
catalana y, llegado el momento, la confrontación entre diestra y siniestra está
fuera de toda duda. No es lo mismo ser independentista pobre que ser
independentista rico… pero eso quedará para otro día.
El Gobierno de Arturo, sobrepasado por una Crisis económica
que, más que atajar de raíz, ha ido alimentando pasito a pasito, ha preferido
evitar toda autocrítica. Apartando la miseria a un lado, se ha envuelto en una
variante de la antigua bandera de la Corona de Aragón (la estrella no, eh… la
estrella de cinco puntas ya sabemos todos de dónde proviene) para,
proclamándose defensora de la Cataluña saqueada y explotada, lanzarse al monte detrás
la quimera del Estado Catalán Libremente Asociado con quien a ellos les dé la
gana, sea el inquilino España, Europa,
los USA o el Imperio Galáctico del Lado Oscuro.
De un plumazo se han olvidado los saqueos de las arcas
públicas, el caso Millet, caso Palau, caso ITV, la quiebra del sistema de Cajas
de Ahorro catalanas, de las que nadie habla y que, como sucede allende la
Tierra Prometida de la Sardana, están… estuvieron… y, mucho me temo, estarán…
capitaneadas por los primos hermanos del cargo electo de turno, sea este
General, Diputado, Municipal, Comarcal… y futura Veguería.
Las consecuencias lógicas de la consecución de la
independencia no se explican… o se explican a pies puntillas. El Pravda de la
Generalitat, organismo que, regado con el dinero de nuestros impuestos, engloba
a toda la televisión, radio y prensa escrita en Cataluña (recordemos el
editorialazo pagado por el Gobierno de Plaza San Jaime) poco habla de los
aspectos negativos de la independencia. Justo lo contrario. Según ellos, la Cataluña
libre e independiente, dominará el Mundo.
La Cataluña de los 1.000 años, que diría el padre espiritual
del héroe Jedi.
Muchos de los que compran este discurso secesionista lo hacen
abducidos por el corazón. Es un
sentimiento, dicen, y ninguna Ley
puede estar por encima de los sentimientos. Tremenda mamandurria que
explica porqué ningún romanticón de segunda época está por la Democracia. Reescribiendo
la infantil moraleja, el pensamiento de los Romeos de la barretina sería algo
así como: “Es un sentimiento, y ninguna
Democracia puede estar por encima de los sentimientos”.
Cosa dura, esta de los sentimientos. Sí señor. Pero hoy no
he venido a hablar de este libro, sino de otro que, docto o analfabeto, todos
entienden: la cartera. El fin último de la independencia, Monos, no es la
consecución de un Estado propio, ¡qué va! Quizá algún iluso pueda creer tal sueño húmedo, pero el objetivo final, como
todo en esta Vida, por mucho que se esfuercen en decir lo contrario, no es más
que el vil metal.
Recaudar. Recaudar más para gastar más. Recaudar más para
gastar más… e igual de mal. Con un sistema deficitario de la Alpha a la Omega. Con
desviaciones presupuestarias que ríase usted del tranvía de Parla. Con comisiones
administrativas dignas de la usura más rastrera y señorial. Porque aquí, Monos,
lo que se reclama no es un estado liberal, sino una regresión a los antiguos “usatges”. Usos y costumbres señoriales
perdidos por el Decreto de Nueva Planta, en tiempos del hoy odiado Felipe V. Feudalismo
con castillo… o torre… en edificio Pedralbes, barrio alto y seguridad privada.
Quienes mandan, quienes dirigen el cotarro patrio, bien lo
saben. Más para trapichear más.
Pero tal madre del cordero no será jamás difundida a los
cuatro vientos por el Pravda catalán. Ellos, esforzados periodistas de café
Olé, son perfectamente conscientes de quién paga sus nóminas a final de mes. Como
buenos perros falderos, ni imaginan morder la mano del pastor de ovejas.
¿Objetividad? ¿Crítica al Poder? Ja. ¡Pero
tú que te piensas! La Independencia
no es eso, chaval. ¡No es esto! Regados por la camada, ninguno osará
explicar a la audiencia las verdades del barquero… la ruina que acarrearía la
independencia, la pérdida de poder adquisitivo, el retroceso del PIB, la fuga
de capitales, la deslocalización empresarial… y, lo más importante, el
conflicto civil consiguiente.
Porque lo habrá. Tenedlo por seguro.
El pasado día 12, muchos catalanes salieron a la calle para
mostrar a los cuatro puntos cardinales de la piel de toro que ellos, nosotros,
no nos dejaremos eliminar sin, por lo menos, alzar la voz. Arrinconados y
olvidados desde hace demasiados años, la minoría silenciosa… o mayoría
silenciosa, a vuestro gusto… se presentó ante el pelotón de fusilamiento de la
progrez interesada para que estos calculen el precio de la osadía, a pagar en
sangre.
Armados con palos de los que colgaban banderas, el cuerpo de
infantería, tal y como sucediera aquel famoso 2 de Mayo, ha levantado el rostro
para mirar con firmeza a los ojos del verdugo, reclamando la independencia… la
verdadera Independencia del ciudadano libre ante el Estado opresor y
adoctrinador nacionalista. Mujeres, hombres, ancianos y niños. La primera línea
en la defensa de España. Carne de cañón, seguramente… pero valiente carne de
cañón.
Dicen que el cementerio está repleto de valientes… pero
olvidan que igual número hay de cobardes. ¿La diferencia entre los unos y los
otros? El porte. La cabeza. Unos miran al frente… a los ojos… mientras otros
miran al suelo, a los pies.
La reacción española, como os decía hace unos instantes, no
tiene fusiles ni pistolas atadas al cinto. Tampoco dispone de libretitas con
las que multar a todo aquello que se mueva y que huela a “españolazo”. Mucho menos es escuchado su lamento en las tertulias de
la región y, si se mostrara la desvergüenza nacionalista, todo serían
llamamientos a la “crispación”, la “manipulación”, el “discurso del miedo” o, sin el menor rubor, a la denigración del
hecho constatado con un simple y escueto “seguro
que no son de aquí. Los catalanes, esto, no lo hacemos. Nosotros tenemos seny”.
Así es Mátrix, Monos. Y no busquéis ninguna pastillita roja.
La única manera de escapar es mediante la infección viral
del Sistema. Trabajar a favor del colapso operativo. Instalar el gusano allí
donde más importancia tiene el discurso soberanista… la raíz de la CPU… la
fuente de alimentación del conglomerado secesionista, archivo visible, práctico
y real. Hackear el Oasis. Inocular un simple código binario conocido como
boicot.
Boicot puro y duro.
Nosotros, desde El
Ejército de los 21 Monos, hacemos un llamamiento al boicot a todos los
productos catalanes cuya sede social esté afincada en la Tierra Prometida del
Mesías Arturo.
Es fácil, no os penséis. No os ocupará mucho tiempo. El justo
y necesario para, al acercarse a la estantería del Cola Cao, agarrar el “españolazo” Nesquik, desterrando la
marca Nutrexpa de nuestra lista de la compra. De igual forma, cuando nuestros
hijos nos pidan la merienda, esquivar el condimento del chorizo de la casa Tarradellas,
empresa de cuya cuenta de explotación vive la mayoría de la población de Vic,
abanderada en esto del independentismo radical. ¿Los martes noche toca pizza?
Pues igual. Harina, agua, sal, un rato en el horno, ingredientes del economato
y ya tenemos una pizza “españolaza”
para un hogar “españolazo”.
Frutas, verduras, carnes, equipos electrónicos, coches,
revistas, compresas, tiritas, jabones, textil, productos farmacéuticos… hay
mucho, Monos. Horas enteras entretenidos en los supermercados desterrando el
código 15.
Como la Historia es cíclica, nosotros… la minoría desplazada
por los “demócratas de pan con tomate”,
nos retrotraeremos hasta hace unos años y, ahora que la Navidad ya se acerca por
el Este, sustituiremos el sobrevalorado cava catalán por el espumoso extremeño;
el tinto del Penedés por el Rioja; el Blanc Pescador por el Ribeiro o el
Albariño; las avellanas por las castañas… y así con un sinfín de productos
perfectamente etiquetados, ahora sí, en el odiado español del que, además de perro,
puede ser apaleado, pasee o no con sus hijas por la calle.
Por supuesto, no faltaría más, no debemos olvidar el boicot
a las instituciones financieras catalanas… La Caixa, Banco Sabadell,
CatalunyaCaixa… donde, una retirada de los depósitos tanto dentro como fuera de
Cataluña, las abocaría a la jaqueca nocturna y la visita terapéutica. Porque,
¿además de putas tenemos que poner la cama? ¿Aceptaremos que el beneficio de la
usura al matrimonio zamorano repercuta, exclusivamente, en la inversión productiva
(?)catalana?
No.
Todos, Monos. Todos los productos catalanes deben ser apartados
de la lista de la compra. Sean elaborados por empresas adictas al régimen, o
no. Las ambigüedades, las declaraciones al diálogo, la serenidad… a la “espera
de acontecimientos”… dejaron de ser excusa. El empobrecimiento de la
sociedad catalana… independentista o unionista… hace tiempo que dejó de valer tener valor. Silentes hasta que no asomó el lobo las orejas, es el momento de que conozcan al can salvaje con familia y todo. ¿Más paro? ¿Más despidos? ¿Más empresas cerradas a causa del
boicot? No, Monos. Que no os engañen aquellos que, ante las pérdidas ocasionadas por estos años de aquelarre y construcción nacional, tan sólo tuvieron que acercar la mano, jurar por el Estatuto y pedir otra ración de anchoas de l'Escala (Gerona).
Las empresas, ahogadas por el cierre de los mercados, se
derrumbarán como castillo de naipes una vez alcanzada la independencia. Sea con sentimiento o sin él, la quiebra es un hecho.
Nosotros, con posturas como la que refrendamos en nuestros
informes internos, tan sólo pretendemos ayudar para que tal fin no los pille por
sorpresa en la negra noche de los Tiempos, por mucho hechizo sentimental con el
que un encantador de serpientes les haya vendido la burra ciega. Quizá nuestra
voz no sea escuchada y nuestro lamento se apague como un eco… pero en mi
paupérrima cartera, cuando las huestes del Mesías vengan a meter la mano, no
encontrarán más que oscuridad y vacío.
La miseria a la que los delirios secesionistas nos abocará,
la serviremos primero nosotros… “valientes españolazos”…
en bandeja de plata.
Que aproveche.
25 comentarios:
Lo que se logró en la Plaza de Cataluña el día 12 fue terminar con el estado de Miedo que desde el pujolismo había planeado sobre la Región Catalana. La capacidad de movilización de cerca de sesenta mil personas según unos y cien mil según otros en menos de un mes deja pequeña la macromanifestación de la Diada que venía gestándose, con muchomás apoyo, mediatico, económico y social desde hacía meses.
Hay que hacer boicot y hay que hacerlo con la vista puesta en destruir lo que Mas quiere imponer.
Un saludazo.
Hola maco!
¿Sabes que acabo de leer en un diario digital? Que Mas afirma que la independencia plena nos sacaría de la UE y por tanto no nos conviene...¡¿y sus seguidores ahora no se darán cuenta de que los ha engañado siguiéndoles "la veta" del disparate de la independencia!?
¡Cabronazo hipócrita!
Pero también sus seguidores...¡pedazo de memos!
Un besito Pere ¡molt bé el post com sempre!
Asun
Esperemos que ese sentimiento no les de por el lado de quemar gente en las plazas públicas.
¿El código 15 dice usted Don Herep?. Hecho.
Saluditos.
¡Olé Tus Huevos, Hermano Herep!
CHAPEAU.
Tomo Nota Del CÓDIGO 15 y Procedo a "Desempolvar Mi Vieja Lista de Productos Boicoteables".
Si "Todo Es Cuestión De Nigosis, Para Mí Será "ALGO PERSONAL".
¡Que Te Sea Leve El Combate y Fácil "La Sustitución de Productos"!
Será Un Poco Pesado,Pero Al Final, Te Acabas Acostumbrando a Romper Tradiciones...
Un Abrazo GENIO.
"El Tirador Poeta"
Corta y Cierra.
Fin Del Mensaje
y
¡¡RIAU RIAU!!
Hay que darle donde mas le duela,Y el boicot es la medida mas acertada y contundente.Se tienen que enterar quien de verdad tiene la sarten por el mango.un saludo.
Los separatistas deben saber que su postura acarrea unos costos, los industriales que apoyan la secesión deben aprender que su apuesta tiene unos costes y los separatistas deben tener claro que su postura va en contra de los intereses que dicen defender.
Y por fin todos los catalanes debn valorar la situacuion, deben aprender y saber que los separatistas los arruinan
De manera que yo, desde hace bastantes años NO compro nada que tenga algo que ver con Cataluña o con Vascongadas, mi dinero me lo gasto en lo que me apetece.
De la misma manera que no veo cine español desde hace años.
Los separatistas toman sus decisiones y los españoles deberian tomar las suyas.
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es
No dudo, amigo Herep, que, con el cierre del año, con Navidad incluida, se notará el efecto devastador del boicot a los productos catalanes. ¿Qué otra cosa podía esperar el señor Mas, después de invitar a sus "nacionales" a comprar productos fabricados en Cataluña?
Por desgracia es lo único que les hace pupa y el único lenguaje que entienden.
No compreu, pues.
Bien están el boicot y el sabotaje para unos tipos que funcionan a base de Chekas: comisión extraordinaria para combatir la contrarrevolución y el sabotaje.
Habrá que darle, pues, sabotaje.
Pues, ¿a que estamos esperando para crear un blog solo para provocar el boicot a todos esos productos que nos venden?.
Pues yo lo siento mucho, pero como a mi me gusta la butifarra catalana, pues continúo zampándome unos bocatas de la hostia.
Eso sí, la butifarra está elaborada en León, pero curiosamente sus ingredientes proceden de cerdos catalanes.(los de la butifarra, digo)
Los otros cerdos están en una cochiquera ubicada en Barcelona que lleva por nombre Generalitat. Pero a esos, por desgracia, todavía no les ha llegado su hora.
Es un estado de miedo y, también, un estado acomplejado, CS.
Son demasiados quienes, ante el chantaje de los "señoritos", han interiorizado un insano complejo de inferioridad y un ilógico agradecimiento a esos "señoritos" que les han salvado de la miseria dándoles un trabajillo.
Olvidan que, aquello que hoy tienen no les ha sido regalado, sino sudado gracias a su trabajo.
El nacionalismo se basa, principalmente, en el chantaje emocional de esos que se conoce como "charnegos".
Un abrazo, campeón.
Gracias, Asun.
Mas es un fracasado. Un President que no ha durado ni dos años. Acobardado por lo que se le podía venir encima en materia económica (una muestra fue su alunizaje en helicóptero), ha decidico huir hacia adelante... sin medir bien las consecuencias de sus actos.
Espero que, por lo menos, le salga tan mal como a su queridisimo Companys, ese héroe de las cloacas.
Un abrazo, Asun.
Todo puede suceder en Mátrix, Zorrete. Incluso descubrir, mediante el carbono 14 normalizado, que Colón era del Barça.
Un abrazo.
La sustitución de productos puede hacerse algo pesada al inicio, Old, pero al final acaba uno acostumbrándose a todo.
Eso sí, se acabó el intentar batir el récord mundial de compra acelerada. Tendré que, muy a mi pesar, dedicarle más tiempo a la cesta de la compra.
Pero no hay mal que cien años dure, ni independencia que lo aguante.
Corto y cierro, campeón. Un abrazo.
Y un brindis, que no me iba yo a olvidar de alzar la copa... de buena Sangre de Toro.
¡Riau!¡Riau!
Por supuesto, Agustín.
El boicot es una arma de grueso calibre para contrarrestar la demagogia cuatribarrada.
Que empiecen a recaudar sus propios impuestos.
Un abrazo, neozelandés.
Yo, Geppetto, llevaba varios años seleccionando según qué tipo de productos. Ahora, en cambio, he pasado a seleccionarlos todos.
Con mi dinero, nada de nada.
Hay que pasar a los hechos consumados y el boicot es una arma letal para la oligarquía catalana.
¿Se empobrecerá la población? Como digo en la entrada, tarde o temprano acabará por darse el fenómeno... así que, vayamos acostumbrándolos a la miseria.
Un saludo.
Tienes razón, Tío Chinto.
Para ganar una batalla, se tiene que hacer el corazón fuerte y apartar a un lado (la mayoría de las veces) las convicciones morales. Es cuestió de morir o matar.
No debemos recelar del boicot, sino apostar por él con firmeza, desoyendo a aquellos que tachan la medida de "radical" mientras la pregonan para sus feligreses.
Un saludo, artista.
No compro, no.
La Crisis, para todos igual.
Un abrazo, Maribeluca.
El sabotaje, Reinhard, es el siguiente paso.
La minoría silenciosa (o mayoría silenciosa) también tiene sus armas en este conflicto identitario.
Un abrazo.
Doramas,
Creo que hay varias páginas que listan los productos a boicotear. Déjame unos minutos para localizarlas.
Un saludo, canario.
Recuerdo una entrada suya en la que hablaba de la butifarra catalana, José Luís... y su amor por ella, así que no le tendré en cuenta su sacrilegio.
(Es broma, por supuesto).
Como recomendación le diré que si encontrara alguna butifarra elaborada a partir del "cerdo de la Generalitat", no se la coma. son sumamente indigestas y, la mayoría de las veces, mortales.
Un saludo.
hay que llegar a ser idiota para pedir un boicot contra el sitio donde vives.
hay que ser c's
Mr. Mermelade,
Seré lo que tú quieras, pero yo no compro nada hecho en Cataluña... y menos si está fabricado por empresas pro-independentistas.
O sea, que si tú trabajas en alguna de esas empresas, que sepas que de mi pasta no vas a ver ni un céntimo.
Listo.
Ah, y yo no soy de C's. No eres bueno ni repartiendo etiquestas, Mermelade.
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