Hoy es 1 de Julio de 2012…
… y la cita que aparece en todas las agendas del mundo
mundial es el partido de esta tarde. España-Italia. Final de la Eurocopa 2012.
En el Cuartel General de El
Ejército de los 12 Monos, el fútbol, aún sin levantar las pasiones típicas
y tópicas, es un deporte bienvenido. Nos gusta… pero no es algo que nos quite
el sueño en demasía. Quizá… sólo quizá… la respuesta se deba a que el equipo de
nuestros amores no acostumbra a regalar tardes de gloria a la afición, aunque
su gloria, si empleamos el ojo científico, es otra.
De celebraciones tenemos pocas… pero, para solventar la
carestía, desde hace unos años, tenemos a la Selección Española de Fútbol.
Campeona de Europa, Campeona del Mundo y, si San Iniesta lo ve conveniente, de
nuevo Campeona de Europa.
Y como sucede con los socios y simpatizantes de los “grandes” de este país, hoy… bueno, desde
hace unos días… todo son camisetas rojas por las calles, niños chutando balones
engalanados con pantalones cortos color azul y banderas en los balcones. Banderas
de todo tipo… grandes, pequeñas, con escudo, con toro… con el águila de San
Juan… con el pulpo Paul… Por doquier se ven banderas, y el inicio de este
caluroso verano es más rojo que nunca.
A todo el mundo le gusta subirse al carro vencedor, Monos.
Otro gallo cantaría si el equipo nacional fuera una banda de
patanes, tullidos o asmáticos derrotados. Si la famosa maldición de cuartos
siguiera sobrevolando el patio patrio que mutó en solar, pocas banderas
veríamos en los balcones. A ningún niño le gusta perder… o verter lágrimas ante
las crueles burlas de los compañeros de clase.
Pero hoy, aunque el Futuro sea negro como la bandera pirata,
todos miran la bandera rojigualda con esperanza e ilusión, pidiéndole una
alegría… rezándole por una gracia instantánea…
En nuestro mástil, este primer domingo de Julio, no ondea
ninguna bandera. Siguiendo los estrictos puntos de nuestro decálogo de
seguridad, éste está vacío… siempre vacío. Pero la bandera siempre ondea en
nuestros corazones. Todas, habidas y por haber.
Nosotros, a pesar de los colores, dibujos y símbolos, vemos
más allá de las hebras de hilo que se entrelazan para honrar a España.
Nosotros, Monos, cuando la observamos ondear aferrada a un
palo, saboreamos la tierra íbera en la garganta… regusto de tiempos primerizos
plagados de luchas colonizadoras y horizontes que se abrían como flores en primavera.
Sentimos el suave tacto de la seda romana, fuente de Cultura y Derecho, o el
frío roce del acero templado toledano, garante de la Reconquista a la morería…
hito único en toda la Historia Universal.
La sangre… con su cálido sabor de savia humana… la tenemos
bien presente. Ayer y hoy.
Al norte, en un balcón esquinero, ondea una… y es pasar bajo
su sombra y retroceder el tiempo hasta fechas más gloriosas y amaneceres más
frescos… salpicados con la sal de nuestros mares, fuertemente asidos a la proa
de una milagrosa estructura de maderos y cuerdas… camino del Nuevo Mundo. Y las
lágrimas se confunden con la salada mar y la ilusión de los hombres se bate en
duelo con la Naturaleza… con los Océanos y las Supersticiones… y a lo lejos…
tras las nubes… lo grita el vigía: ¡Tierra!
Ese es el Descubrimiento.
Otros han ido a la
estratosfera, visto el más lejano rincón del Universo o zapateado sobre la
Luna. Pero el Descubrimiento es español. Cualquier comparación es digna de
carcajada. Trascendental carcajada.
Sopla el viento, y desde la Sala X, el espectáculo me
hipnotiza. Tantos estandartes me recuerdan las batidas de los Tercios, las
gestas del Gran Capitán… y los grandes capitanes… las conquistas, las derrotas,
las miserias, las cantinas, el Sol que nunca se pone y la tripa que nunca se
llena… Me vienen versos de Quevedo, de Góngora, de Fray Luís… veo a Don Quijote
manteado en una cantina perdida en la Meseta… el esfuerzo de los carpinteros en
sus astilleros convertido en ruina ante las costas de la Pérfida… el brazo
perdido de Cervantes en Lepanto… el Callejón del Gato y a una Celestina perdida
entre las callejuelas de la Villa… los lamentos de Lorca, la Castilla de
Machado… la Cataluña de Jaime I y las cadenas de Navarra…
… veo tanto…
¿Qué verán otros, Monos?
Esta tarde, rodeado de todos vosotros, algo irá hinchándose en vuestros pechos. Cualquiera, Monos… un
foráneo, un perdido, un nadie… creerá que tal sensación se debe a los nervios y
la tensión de ver rodar un balón adelante y atrás. La duda ante el resultado…
el temor de la incerteza…
No.
Lo que nos llena el pecho es el orgullo.
Gane o pierda, nosotros hemos ganado. Nosotros somos primos
de los fusilados del Mayo madrileño, hermanos de la Constitución de Cádiz e hijos
de la sangre vertida en nuestra Guerra Civil. Por nuestras arterias fluye el
Mediterráneo, y al corazón regresa surcando las venas del Atlántico. Los espejismos
conspirados por la herética Europa nunca fueron lo nuestro y a sus ofensas
respondemos a golpe de arcabuz y disparo de florete. Nuestras tierras están
surcadas de castillos y en las almenas, a poco que suene el cuerno, volverán a rugir
el trueno… aunque tan sólo sean unas últimas salvas… huérfanas y suicidas… que
nos recuerden que “lo que está muerto, no puede morir”.
Gane o pierda, nosotros ya hemos ganado. Somos españoles, y
eso no puede decirlo todo el Mundo.
¡Santiago, cierra España!
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Mañana, gane o pierda la Selección Española, las banderas
serán recogidas y guardadas en un cajón. La involución nacional en todos y cada uno de sus pilares seguirá su curso como las aguas
torrenciales de los deshielos… tal y como sucede con el resto del Mundo, vía
directa rumbo a los Años Oscuros.
… será otra historia… impredecible pero segura al tiempo… aunque la estampa de este mar de banderas ondeando en las tarraconenses tierras no se borrará jamás
de mi memoria.
12 comentarios:
SIEMPRE..¡¡¡ VIVA ESPAÑA !!!
Vamos ganaoooo también el partido Herep. Menudo baño les han dado a los espaguetis jijiji.
Yo siempre he sido de la sele, en los años duros sin rendirme. Quien me lo iba a decir que vería estas fazañas y con estos pequeñajos.
Saluditos Periquito. O eres del Tarrasa???
Es curiosa, e incluso dramática, la brecha que existe entre una selección de fútbol y el país al que dicha selección representa. El éxito y el fracaso.
..Y eso que algunos tampoco creen en la camiseta que llevan, pero lo que han hecho estos chicos es muy grande y a casi todos nos ha llenado de auténtica emoción más allá de lo deportivo.
Oeee oeee oeee que vivaa Españaaa
¡Cataluña, es España!
pues ganó la Española, Herep, y de qué manera
saludos
Que viva, Clave... que viva siempre.
Un abrazo.
Zorrete,
Llegó un día en el que me dije que si veía a la Selección ganar un Mundial, ya me podía morir (más) tranquilo.
Pero de tranquilo nada. Cada día me pregunto si no vendrá el Diablo a cobrarse la deuda.
Saludos de un periquito.
Quizá se deba a que en el fútbol, además de la técnica y capacidad, sólo encontramos un general y veinte soldados... mientras que en el país hay muy pocos soldados y demasiados generales.
En el nivel, técnica y capacidad de unos y otros no voy a entrar.
Un saludo, Reinhard.
Tienes razón, Maribeluca.
La victoria de la Selección ha servido para alejar los problemas durante unos instantes... pero eso tan sólo ha ocurrido con las mentes despiertas.
Muchos no saben qué está sucediendo en el país, qué ha sucedido o qué sucederá en un futuro no muy lejano.
Incluso los hay que no saben ni qué celebra tanta gente por las calles.
Un abrazo, y felicidades. Somos campeones, como no podía ser de otra forma.
España es España, Candela.
Siempre.
Ya lo creo que la ganó, José Antonio.
El mejor partido de toda la Eurocopa en el momento en el que más dudas se respiraban en el ambiente.
Jugando así no hay nadie que pueda ganarles.
Un abrazo, y felicidades también para vos, campeón.
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